03 mayo 2003.
Madrid (Notimex).- Los pueblos "sólo gozan de la paz cuando siguen los dictados de la ley de Dios", aseguró hoy el Papa Juan Pablo II en su discurso de llegada a España, donde cumplirá su quinta gira apostólica.
La paz "es obra de la justicia, de la verdad, del amor, de la solidaridad", dijo el pontífice, quien llegó al aeropuerto de Madrid-Barajas a las 12:00 hora local (11:00 GMT), donde fue recibido por los reyes de España, Juan Carlos y Sofía de Borbón.
En la ceremonia de recibimiento también estuvieron presentes el jefe del gobierno español José María Aznar, el nuncio apostólico Manuel Monteiro de Castro, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, y un centenar de miembros de la jerarquía católica española.
Juan Pablo II que cumple 83 años el 18 de mayo, descendió del avión de Alitalia en una plataforma mecánica, y recorrió unos 100 metros arriba de una "peana" móvil con la que recorrió la alfombra roja a cuyos lados se situaron bandas de música y representaciones de los tres ejércitos que lo saludaron.
Los beatos españoles que serán canonizados son Genoveva Torres Morales, María de los µngeles Guerrero González, María de las Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmán, José María Rubio Peralta y Pedro Poveda Castroverde.
Indicó que sigue "con interés las vicisitudes de España" y constató "con satisfacción su progreso para el bienestar de todos. El proceso de desarrollo de una nación debe fundamentarse en valores auténticos y permanentes".
También se refirió a la necesidad de una Europa unida, que debe "avivar sus raíces" y se mostró convencido de que España "aportará el rico legado cultural e histórico de sus raíces católicas y propios valores para la integración de una Europa que busca su unidad".
Juan Pablo II interrumpió su discurso media docena de veces por los gritos de vivas que corearon los fieles presentes en el aeropuerto madrileño y ante el grito de "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo" señaló que "puede ser, es verdad para España".
El rey Juan Carlos, quien habló antes que el Pontífice, dijo que España es hoy "un país moderno y dinámico, fiel a sus tradiciones, lleno de ilusiones y esperanzas". "Un país orgulloso de su diversidad y pluralidad que ha crecido gracias al clima de tolerancia y convivencia forjado entre todos", agregó.
Agradeció a Juan Pablo II sus reiteradas condenas al terrorismo, "que los españoles padecemos en particular y que es intrínsecamente perverso y nunca justificable".
"Nos confortan siempre, Santidad, vuestras palabras de repulsa al terrorismo y vuestro aliento y solidaridad hacia las personas que sufren el dolor que genera", manifestó el monarca.
Indicó que "reconocemos por ello en Vuestra Santidad a un sembrador ejemplar del mensaje universal de concordia y de paz que habéis sabido predicar en todas las latitudes" y le calificó de "infatigable luchador de las causas más nobles".
Juan Pablo II abandonó el aeropuerto en el vehículo panorámico, conocido como "papamóvil" y acompañado por su secretario particular y Rouco Varela, recorrió varios kilómetros por las calles de Madrid para trasladarse a su residencia en la Nunciatura Apostólica.
Durante el trayecto recibió las muestras de cariño de miles de madrileños que esperaban su paso que acompañaron con vítores, banderas españolas y del Vaticano, globos y "confettis" amarillos.
El Papa almorzó con el Nuncio, el cardenal y arzobispo de Madrid y otras personalidades religiosas, para recibir en audiencia a Aznar, antes de encontrarse con los jóvenes en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos.
"El Papa está bien de salud, muy contento por volver a España", dijo el portavoz vaticano, quien precisó que el Obispo de Roma se acordaba perfectamente de los cuatro anteriores viajes a España.
Juan Pablo II llega a Madrid relajado y en buen estado físico, de lo único "que se queja" es de que la estancia es "muy corta", precisó un alto cargo de la Curia Vaticana.
Se reúne con los jóvenes
En su encuentro con la juventud, en la base aérea de Cuatro Vientos, el Papa dijo que debería mantenerse lejos del "nacionalismo exasperado" en una aparente referencia a la violencia en el País Vasco en España.
"La espiral de violencia, el terrorismo y la guerra provocan, todavía en nuestros días, odio y muerte", dijo ante la multitud de jóvenes creyentes durante su primer día de viaje a Madrid.
"Responded a la violencia ciega y al odio inhumano con el poder fascinante del amor. Venced la enemistad con la fuerza del perdón", continuó ante una multitud de unos 600.000 entusiastas jóvenes.
"Manteneos lejos de toda forma de nacionalismo exasperado, de racismo y de intolerancia. Testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen, sino que se proponen", añadió.
El Papa fue aclamado y recibido con gritos, lágrimas y cánticos de unos jóvenes que habían comenzado a reunirse al mediodía en el aeródromo madrileño.
Su discurso, interrumpido en numerosas ocasiones por gritos de "Te queremos!", fue el segundo pronunciado por el pontífice en su viaje de 36 horas a España. El acto central de la visita será la canonización de cinco beatos españoles el domingo en la Plaza de Colón.
SEGURIDAD ESTRICTA
La visita del Pontífice está rodeada de estrictas medidas de seguridad. Su avión fue escoltado por cuatro aviones de combate F-18 desde que entró en el espacio aéreo español mientras que algunos policías con pasamontañas permanecían apostados en los tejados.
Cientos de agentes de policía se alinearon a lo largo de la ruta que llevó al Papa desde el aeropuerto al centro de la capital.
La multitud presente en Barajas interrumpió el discurso del Papa con cánticos: "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo".
El Pontifice se salió del texto preparado para responder: "Eso puede ser verdad en España", provocando la sonrisa de los presentes.
Después de algunos horas de descanso, el Papa tenía previsto mantener un encuentro privado con Aznar y presidir un acto con la juventud en la base aérea de Cuatro Vientos.