* Si no avanza, corre el peligro de desplomarse
CANATLÁN, DGO.- Nuevos vientos tendrán que circular por el Valle de Canatlán. La frase “renovarse o morir” suena en los oídos de los productores de manzana, quizá no como una amenaza, sino como una sensata advertencia que les indica que de no modernizarse e implementar nuevas tecnologías en sus huertos podría resultarles muy costoso: vendría el ocaso de una etapa productiva que ha impulsado a Durango como el segundo productor de manzana en todo México.
La pujanza de la tecnología que se está aplicando en el lejano país asiático de China y otros de los denominados de “primer mundo”, dejan totalmente desplazado a México en la producción de manzana y lo envían hasta un 21 lugar mundial.
México no es capaz ni de producir su propio autoconsumo, pues al año requiere una importación de 206 mil 111 toneladas, cuando hay técnicas que podrían poner al país, primero en un punto que produzca lo que requiere y después, pensar en exportaciones.
Durango ocupa actualmente el segundo lugar de producción nacional, muy por de bajo de Chihuahua. Los productores de manzana tienen un fuerte reto, no sólo mantener ese segundo lugar con una producción de 18.65 por ciento del total producido en la nación, sino el de acrecentarlo, pues de no hacerlo, pasaría todo lo contrario, el desplome de esta actividad es evidente.
Es definitivo, si esta región no implementa nuevas tecnologías, si no cambia la forma de producir esta fruta, si no entra al nuevo ritmo que exige la globalización, esta actividad está destinada a morir, dejará de ser una fuente de ingreso para miles de canatlenses.