Durante los días comprendidos entre el 21 y 23 de octubre, en la ciudad de Mérida, Yucatán, de nueva cuenta se reunieron los rectores universitarios de la Federación de Instituciones Mexicanas Privadas de Educación Superior (F.I.M.P.E.S.), en un evento organizado para los centros educativos particulares que son serios y se esfuerzan por alcanzar los estándares de calidad internacional. En conjunto representan, aproximadamente, al treinta por ciento de los estudiantes universitarios e incluyen a las más prestigiosas casas de estudio de México.
La ceremonia de inauguración se llevó a cabo en el auditorio de la Universidad del Mayab y fue presidida por el señor secretario de la Secretaría de Educación Pública de México, doctor Reyes Tamez Guerra, que escuchó las propuestas y hasta reclamos del presidente de la FIMPES, contador público David Gómez Fuentes, que le hizo notar en forma respetuosa y clara, la poca equidad de trato que reciben los federados de parte de los funcionarios de la S.E.P. y sobre todo, los intentos de algunos de ellos en complicar con más trámites burocráticos las actividades académicas: “es el intento del regreso al pasado, tiempos y actitudes que habíamos superado”, denunció el contador público y rector universitario.
Al hacer uso de la palabra el secretario de Estado Reyes Tamez, garantizó que no existe tal interés por entorpecer las actividades académicas de las Universidades e Institutos Particulares por parte del Gobierno Federal, desacreditando así las actitudes de funcionarios menores, evidenciando de paso su persistente ineficiencia y sospechoso mal desempeño profesional, mostrando interés en solucionar los problemas de comunicación, al menos en público y de palabra, ante más de setenta rectores, insistiéndoles en su preocupación por elevar los niveles educativos nacionales.
También hizo una dolorosa denuncia sobre la realidad nacional, en cuanto a las oportunidades de desarrollo humano que tenemos los mexicanos y dijo que en la actualidad sólo el 22 por ciento de la población en edad de realizar estudios de nivel superior lo hacen; de ellos el 80% pertenecen a familias de las clases socioeconómicas altas y el 15% a las de escasos recursos económicos y lo más grave: únicamente el 3% de los estudiantes universitarios provienen del medio rural.
“El problema se origina desde el bachillerato” dijo el secretario Tamez Guerra ante los altos directivos universitarios, informando además que en un intento por revertir el fenómeno social y educativo, la Secretaría de Educación Pública ha otorgado setecientas cincuenta mil becas para el nivel de bachillerato y doscientos cincuenta mil más de licenciatura, tratando de apoyar a jóvenes de pocos recursos económicos y con auténticos deseos de superación.
México sufre un grave rezago educativo que según estadísticas mundiales nos coloca en el último lugar en desarrollo entre quienes firmamos el Tratado de Libre Comercio México, Canadá y Estados Unidos de Norteamérica y una posición mediocre en el medio internacional, dejándonos con un panorama desalentador sobre el futuro, en un mundo que cada vez se vuelve más competitivo y hasta cruel, al hacer valer con la globalización la ley del más fuerte y la sobrevivencia del más apto.
En tanto, aún tenemos burócratas que “no se ponen las pilas” y contravienen a los compromisos adquiridos por sus jefes, como el caso que nos ocupa, según denuncia indirecta del propio Secretario de Estado.
Al interior de nuestro país las cosas son igualmente graves: Las enormes diferencias entre ricos y pobres son cada vez más evidentes, acumulándose las escandalosas fortunas en unas cuantas familias (dicen que son aproximadamente unas veinte) y haciendo a los ricos, los menos, que representan a no más del 20% de la población en México, aún más ricos y a los pobres, el 80% restante, cada día más pobres.
Lo más preocupante es descubrir que en cuestiones de educación los más ricos son los que pueden asistir a las universidades y preparase para enfrentar el futuro; en tanto, los más pobres deben buscar trabajo para tener ingresos que les permitan alcanzar a medio comer y subsistir.
Escrito de otra manera: los pobres no solamente tienen graves carencias en cuanto a la atención de sus necesidades básicas (alimento, vestido, salud, vivienda, etc.), además les están vetadas, en la práctica, las oportunidades de estudiar los niveles superiores de educación, sufriendo así una grave condena social y humana: permanecer en la pobreza y profundizar en ella hasta llegar a la miseria.
Éste es el medio más eficaz para estimular la violencia social, dando cumplimiento a aquella famosa frase de los sociólogos de los finales del siglo anterior: “O trabajamos por los pobres y les damos atención en sus necesidades básicas, o ellos se harán justicia por sus propias manos”.
Este Diálogo está orientado a la reflexión sobre el grave problema que padecemos los mexicanos en el tema educativo y el rezago social, que una vez más es denunciado en los foros de intercambio y reflexión de México; tiene el fin de invitarlo a que hagamos conciencia y participemos en el esfuerzo por el cambio verdadero.
¿Cómo hacerlo?; ...cumpliendo con la parte que nos corresponde como simples ciudadanos; trabajando y exigiendo el cambio con las armas legales y morales; apoyando a las autoridades y siendo copartícipes en atacar las diferencias abismales que existen entre un mexicano rico y otro pobre; con el ejercicio de la democracia participativa, votando responsablemente; ejerciendo nuestros derechos y exigir mejores resultados a las autoridades educativas, particularmente a esos funcionarios poco motivados en el servicio y hasta interesados en entorpecer el desarrollo nacional y teniendo la misma exigencia con nosotros mismos y con nuestros hijos, hacia el estudio de manera muy particular.
Le recuerdo lo que dijo el primer ministro inglés Tony Blair cuando lo entrevistaron y le preguntaron sobre sus tres principales proyectos de trabajo durante su ejercicio en la administración pública; él contestó: educar, ... educar y ...educar.
Tratemos de evitar eso que dice el refrán popular, que: “al perro más flaco se le cargan más las pulgas” ¿Usted qué opina? ydarwich@ual.mx