Un país en desarrollo requiere presupuestos que combinen la promoción de mejores niveles de vida para las mayorías y a la vez asegurar que el crecimiento sea técnicamente sostenible con resultados que no sean sólo de corto plazo.
El presupuesto para la India presentado por el Ministro de Finanzas Jaswant Singh, fue una combinación pragmática de ambos ingredientes. El paquete fiscal es considerado modesto pero contiene concesiones e incentivos dirigidos a sectores específicos para estimular su crecimiento rápido.
Quizás el elemento más novedoso es la decisión de implantar a partir del próximo primero de abril el IVA a nivel nacional. Cada Estado determinará su nivel. Se mantienen iguales las tasas del impuesto sobre el ingreso personal y el empresarial. De igual manera, se eliminó el impuesto sobre dividendos, ya que se considera que no debe gravarse dos veces una misma fuente de ingresos. Se impone, por el contrario, un impuesto del 12.5 por ciento a las ganancias distribuidas. Se aumenta la deducibilidad en materia de gastos educativos para los dos primeros hijos de cada familia.
India es el país más grande del mundo en términos de tierras arables e irrigadas, la agricultura, por lo tanto, es considerada como la vida misma de la economía. Una vez que se logró la seguridad alimentaria, el gobierno se propone entrar al capítulo de la diversificación y aumentar el valor agregado de los productos del campo. El presupuesto proyecta erogaciones para contrarrestar la degradación del suelo y atender la creciente escasez de los acuíferos. Asimismo, se anunció la creación de un fondo de estabilización de precios para el té, el café y el caucho.
El país posee el mayor hato del mundo y es el más grande productor de leche. La ganadería sostiene a 20 millones de trabajadores directos e indirectos. Para respaldar esta actividad, se reducirán los impuestos de importación de medicinas veterinarias. Se promoverá el desarrollo de las granjas de camarón, reduciendo del 15 al cinco por ciento los impuestos de importación de las larvas.
El gobierno ya da instrucciones para que los bancos privados abran sucursales en las áreas rurales y estudia un sistema para extender créditos al campo a través de las oficinas de correos. Se pretende remediar la situación en que es más fácil obtener un crédito para adquirir un automóvil que un tractor. El interés para los créditos a los agricultores no podrá ser dos por ciento más caro que el que se cobre a las grandes empresas.
India posee el programa de microfinanciamiento más extenso del mundo. El presupuesto prevé créditos bancarios a los grupos de autoayuda por lo que se destinarán aproximadamente 110 millones de dólares, destinados a dos millones y medio de familias pobres. Dentro de este esquema, las unidades de crédito dirigidas por mujeres son de primordial importancia.
Se dispone de una nueva exención de impuestos sobre la renta a las empresas de la informática. Una novedad del presupuesto de ingresos fue otorgarle a estas empresas los mismos incentivos que hasta ahora se le habían otorgado a la industria farmacéutica y a la biotécnica. Se reducen asimismo, los impuestos de importación para componentes electrónicos destinados a esta industria.
La India considera a la biotecnología como una industria que despunta, por lo que el presupuesto fiscal le reserva una consideración especial y la exime de los impuestos para importar la maquinaria destinada a la fabricación de equipos.
La industria textil recibirá un apoyo con una tasa preferencial del ISR para las hilaturas de algodón puro. Se reduce el impuesto de venta a las telas y prendas de vestir y se mantienen las exenciones para los textiles de algodón y seda elaborados en telares manuales. También se eximen las prendas de vestir manufacturadas en instituciones no lucrativas. Finalmente, a fin de favorecer a la industria textil, se reducen los impuestos de importación a la lana cruda y se reduce del 25 al cinco por ciento el arancel de importación para maquinaria textil.
Otra de las disposiciones es la reducción del impuesto a la venta de una variada gama de artículos domésticos y comestibles. El impuesto para vinos y licores baja de 32 al 24 por ciento.
El presupuesto prevé un déficit fiscal del 5.6 por ciento para el año que se inicia reflejo de los gastos sociales y de infraestructura que dispone para promover el crecimiento del país. Los impuestos de importación no excederán del 25 por ciento.
Puede decirse que el Ministro Sinha incorporó casi todas las recomendaciones del sector industrial. La clase media y el sector rural también quedaron contentos. Armado de esta coraza el gobierno emprende otro reto aún más formidable: Retener y ampliar su espacio político en las elecciones estatales del presente año y las nacionales del que viene.
Nueva Delhi, marzo 2003
juliofaesler@hotmail.com