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El seminario de Amartya Sen

Julio Faesler

Hace unos días la Federación de Cámaras Industriales y de Comercio de la India (FICI) organizó un seminario para analizar bajo la dirección del propio autor las tesis del doctor Amartya Sen, contenidas en su libro “Desarrollo como Libertad”.

Como es sabido, el profesor Sen, ha estudiado el fenómeno del desarrollo no desde el limitado enfoque de los índices de crecimiento, sino como el proceso que tiene por fin primordial confirmar la libertad del hombre que a su vez es el instrumento imprescindible del propio progreso. Sen distingue cinco tipos de derechos y oportunidades que capacitan al individuo para alcanzar el ejercicio de las libertades que definen al desarrollo: libertad política, facilidades económicas, oportunidades sociales, garantías de transparencia y seguridad protectiva. El Seminario se dividió en estos mismos cinco temas en cuyas mesas de trabajo empresarios, periodistas y funcionarios destacados, incluso algunos ex ministros, intentaron evaluar el Desarrollo para la Libertad desde la perspectiva de la India.

Las conclusiones de un día y medio de ponencias y debates en los que puntualizaron las hondas dificultades a que la India se enfrenta para lograr un desarrollo equitativo muchas de las cuales, desde luego, se viven en otros países. Pesadas estructuras burocráticas, arraigados tradicionalismos con hondas divisiones sociales en comunidades rurales, corrupción que percude estratos públicos y negocios privados, partidos políticos inmediatistas, inseguridad personal y otros muchos aspectos, fueron tratados con una sorprendente claridad por los asistentes.

Los juicios sobre las políticas económicas y sociales que los sucesivos gobiernos de la India han aplicado se refirieron tanto al centralismo que prevaleció hasta muchos años después de la Independencia en 1947, como el reclamo a que los gobiernos más recientes reasuman algunas de sus responsabilidades sociales.

Entre los temas que se trataron estuvo la urgencia de invertir fuertemente en programas de educación primaria y asegurar el acceso efectivo para todas las clases a la educación superior. El profesor Sen duda de la validez de argumentos fiscalistas que niegan fondos suficientes para dedicarlos a programas sociales urgentes. Más que un asunto fiscal, lo es de prioridades, pero la sociedad que quiera progresar tiene que hacer que su gobierno dedique los máximos recursos a la educación a todos los niveles como lo hizo Japón a finales del Siglo XIX.

La actual comercialización de la educación y su consecuente elitización distorsionan cualquiera política educativa. El profesor mencionó a las escuelas alternativas y el papel de los asociaciones de padres de familia como criterios útiles para recibir apoyos financiero oficiales.

Un importante factor en las estrategias para el desarrollo es la aportación de la mujer a la economía en los grupos comunitarios de micro ahorro-crédito en actividades rurales productivas y en pequeñas industrias.

La mujer debe ser capacitada para participar en asuntos sociales y públicos. La mujer con preparación, es un elemento determinante para realizar una política demográfica eficaz. Donde la mujer está más educada es donde se registran menores índices de crecimiento poblacional.

La educación es, pues, el mejor control demográfico. La decisión tomada en ciertos estados de la India de retirar ayuda o acceso a posiciones políticas a las madres de más de dos hijos no es lo mejor.

En otro momento, Amartya Sen no aceptó que sea dilema dar prioridad a reformas políticas antes o después que a las económicas. Ambas, dijo, pueden y deben intentarse simultáneamente ya que recíprocamente se apoyan. La libertad política y el acceso a mayores recursos económicos son metas a la vez que instrumentos del desarrollo.

El pragmatismo del profesor Sen se sintió en todas las ocasiones en que tuvo ocasión de intervenir en los debates, a veces intensos, entre los asistentes.

Amartya Sen que nació en la actual Bangladesh, profesa un profundo respeto por las antiguas religiones y doctrinas de la India. Señaló que los principios de libertad y buen gobierno que hoy día aspiramos realizar están presentes desde el Siglo VI A.C. en las enseñanzas de Gautama Buddha, como después en las de Platón, en la filosofía aristotélico-tomista, la Constitución japonesa del medioevo, todos ellos anteriores a las doctrinas occidentales de fines del Dieciocho.

Estas notas bien pueden terminar como comienza el libro del Doctor Sen, con una conversación de hace 28 siglos: Maitreyee pregunta si poseyendo todas las riquezas del mundo podría alcanzar la inmortalidad. “No, responde su marido Yajnavalkya, tu vida será como la vida de los ricos, pero la riqueza no da esperanza de inmortalidad.”

El asunto va más allá que la simple riqueza material. El Profesor Sen, premio Nobel de Economía, lo sabe bien y por eso lo liga con otro pronunciamiento, uno de Aristóteles: “es evidente que el bien que buscamos no es la riqueza. Ésta es sólo útil en función de otras cosas”.

Nueva Delhi,

Agosto de 2003

juliofaesler@hotmail.com

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