Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

El tupa, un mito que renace con fuerza

ELISA RUIZ

CONACULTA

HUAJUAPAN DE LEÓN, OAX.- El Tupa es “el espíritu del cerro”. Nadie lo creó; siempre ha estado ahí. Puede materializarse en forma de hombre, mujer, animal o piedra. No tiene hora ni lugar específico para sus apariciones, pero jamás desciende hasta las zonas pobladas. Llega a lastimar a las personas, pero nunca les quita la vida. Quienes lo veneran, le piden que llueva, que sane a los enfermos, o les brinde riquezas. El cerro puede contar con uno o varios Tupas, así lo indica el mito que data de la época prehispánica, pero que resurgió con fuerza en los años cincuenta y desde entonces ha cobrado nuevos adeptos.

La leyenda del Tupa, transmitida de generación en generación entre el pueblo mixteco asentado al norte de Huajuapan de León, en Yolotepec y Chinango, entre otras comunidades de la región, es objeto de estudio por parte de Neftalí González Huerta, odontólogo de profesión, e historiador y cronista de la cultura mixteca por convicción.

Lleva más de cinco años recopilando testimonios de quienes aseguran haber tenido algún contacto con el Tupa. Con el respaldo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC), publicará próximamente el libro: El tupa un ser fantástico en una comunidad mixteca.

“El Tupa es un ser muy conocido en los pueblos ubicados al norte de Huajuapan. Es el equivalente al Tava yuku en otras regiones, considerado como el espíritu del cerro. La palabra Tupa no tiene traducción al español, y se desconoce el origen del nombre. Es el dueño del cerro, la persona que manda en el cerro”, señala Neftalí González.

“En mi pueblo, San Juan Yolotepec, tengo un tío que la gente asegura se hizo rico con la ayuda del Tupa; se llama Agapito González Villarreal, hombre de más de ochenta años. Él me cuenta que inesperadamente empezó a ganar mucho dinero en una modesta tienda de su propiedad, allá por los años cincuenta. La única explicación que ha encontrado es que un día llegó un cliente que le pagó con una moneda que le dio el Tupa. Su tienda fue creciendo y llegó a ser el más rico de Yolotepec. Ahora ya no tiene tanto dinero, pero vive desahogadamente”, comenta el sobrino del personaje que hizo renacer con fuerza el mito del Tupa en la región mixteca.

La festividad del Tupa se realiza en distintas fechas, dependiendo de la localidad. En algunas comunidades lo celebran el 24 de febrero, día de San Matías, el discípulo de Jesucristo admitido como apóstol en lugar de Judas. Ese día, relatan los ancianos, ocurren hechos extraordinarios, como que el cerro se abre, porque los Tupas salen a divertirse. En otros pueblos lo festejan el 25 de abril, día de San Marcos, el evangelista. En esa fecha van a ver al Tupa, al que también llaman Tava Yuku o Yuku Saavi. Lo buscan en la cueva, el río o se acercan al cerro a invocarlo para que llueva; le ofrecen aguardiente, cigarros, comida y se hace fiesta.

Yuku Saavi, explica González Huerta, es uno de los varios sinónimos del Tupa: “El nombre Yuku Saavi se entiende como el cerro de la lluvia, porque el pueblo mixteco se llama a sí mismo Ñuu Saavi, pueblo de la lluvia. Aunque en San Juan Yolotepoec, por ejemplo, el Tupa recibe el nombre de Yuku Davi o piedra de lluvia, Nai Kuzano que significa el que manda o Teku Zano, el hombre que ordena”.

Para muchos campesinos, el Tupa es una piedra que colocan en sus tierras de labranza. El día de San Marcos le barren su lugar, le ponen flores y veladoras y lo llevan al sitio donde van a sembrar. Le piden que haya buena cosecha. No tienen que buscarlo en el cerro porque están seguros de su permanencia en la piedra elegida.

De acuerdo con los testimonios recogidos por Neftalí González entre personas de 50 a 90 años, hay Tupas que toman mezcal, pulque, y se emborrachan y a veces se quedan tirados en alguna parte. Pero todo esto ocurre sólo en la montaña, nunca descienden al pueblo. Hay Tupas hombres y Tupas mujeres, y a veces se enamoran; como en la mitología griega. Se les identifica porque a veces se aparecen en forma de mujer a los hombres para pedirles aguardiente, o comida, o porque al aparecérselea un hombre, éste siente que se enamora.

En San Juan Yolotepec, donde el cronista ha reunido la mayor parte de las historias, la comunidad identifica tres Tupas: en el Yuku Kueen o Cerro del Tigre, habita un Tupa femenino que recibe el nombre de Prisciliana, en Yuku Tomi o Cerro de las Plumas habita el Tupa hombre llamado Germán y en Yuku Ñoo, o Cerro Oscuro, vive otro Tupa masculino: Leandro.

“Normalmente en un cerro existe un solo Tupa, el que manda, pero puede haber varios. No se sabe que exista rivalidad entre ellos. No son seres maléficos, pueden ser lo mismo malignos que benignos, Nunca se ha sabido que maten a alguien, sólo llegan a quebrantar los huesos o hacen que una persona pierda el conocimiento o la noción del tiempo. El Tupa no imita al pecado. El Tupa siempre ha vivido en su cerro, nadie lo creó”.

Con el registro del mito del Tupa, Neftalí González Huerta, confirma lo escrito por el investigador Heinrich, quien aseguró que si lo físico del México antiguo desapareció, lo metafísico sobrevivió. El libro “El Tupa un ser fantástico en una comunidad mixteca” llevará un prólogo del antropólogo Benjamín Maldonado.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 26209

elsiglo.mx