Estamos en pleno período de vacaciones escolares, tiempo en que vemos a jóvenes deambular por nuestras ciudades; unos a pie y otros en coche, según sus posibilidades, todos paseando y disfrutando del descanso merecido (para algunos no tanto), mientras que los padres piensan y repiensan sobre la mejor decisión para elegir, o ayudar a hacerlo a los futuros estudiantes universitarios: escoger una escuela para el siguiente nivel escolar que deberán cursar.
Aparecen varias preguntas: ¿cuál es la mejor escuela?; ¿qué deben buscar para decidirse por alguna de ellas?
Y la respuesta es muy difícil de contestar, de hecho no existe una definitiva, porque ciertamente tiene mucho que ver la escuela, pero también es necesaria la buena formación del alumno y la preparación previa que traiga consigo, no sólo en conocimientos científicos, tecnológicos y humanísticos, además, particularmente, en sus actitudes hacia su propia educación, incluyendo la capacidad de estudio, disciplina personal, hábitos para la persistencia y consistencia en el trabajo, etc.
El mundo de hoy día, globalizado, enfrenta a los jóvenes a retos que nosotros, los más viejos, no vivimos en esas edades: la competencia internacional.
La competencia que ellos deberán enfrentar no es sólo contra sus compañeros de generación universitaria, ni entre los egresados de las universidades mexicanas. Ahora deberán hacerlo por alcanzar los puestos de importancia ante muchachos titulados en otras universidades del mundo. Si Usted se pone a buscar en Internet descubrirá que existen muchas propuestas de personas que tienen interés por trabajar en México y en la Comarca Lagunera.
Esa competencia será ganada por el más capaz, por el mejor preparado; el o la joven que posea las mejores herramientas y los más completos conocimientos de la ciencia y tecnología, para ofrecerlos y ponerlos al servicio de las necesidades de las empresas y/o las instituciones, que a su vez están compitiendo con otras de todas partes del mundo. Si Usted tiene dudas, pregúntele a cualquier maquilador, particularmente los de ropa; ellos le dirán qué tan cierto es esto.
En educación superior decimos que el cuidado en la formación integral es muy importante; que es necesario dotar a los futuros profesionistas de habilidades especiales de “orden superior”, acompañadas del manejo de los medios de comunicación modernos; esto es, del conocimiento de al menos dos idiomas además del propio y el completo dominio de los sistemas computacionales, conforme al área profesional en que se vayan a desempeñar.
Al escoger una escuela es importante definir la calidad de los servicios complementarios, como son las bibliotecas y los medios de tecnología educativa y de soporte a la educación, entre ellos los servicios de telecomunicación y las salas de cómputo, televisiones en las aulas con videocaseteras y otros aparatos del tipo electrónico como cañones de proyección, retroproyectores, etc. Y no olvide preguntar si esos servicios implican costos extraordinarios.
Hay que revisar la calidad de los maestros; me refiero a la calidad humana, no sólo a sus conocimientos de la materia que imparten. Los profesores deben ser facilitadores del proceso de desarrollo integral y los estudiantes, a su vez, ser verdaderos participantes activos del proceso de formarse como profesionales del futuro y como seres de bien. Pregunte por la planta de maestros, su edad, su formación y sus antecedentes laborales y personales.
El ambiente también debe ser adecuado. En ese rubro, en muchas ocasiones no prestamos atención. No se trata de buscar una Universidad con lujos, sino aquella que ofrezca el ambiente adecuado para el proceso de enseñar y aprender. Encontrar un lugar propicio es clave en el futuro de los estudiantes; debe ser sano, seguro y sobre todo ofrecer el clima organizacional al que puedan adaptarse más fácilmente los muchachos.
Actualmente en la Comarca Lagunera existen muchas alternativas para estudiar casi cualquier profesión y en algunas de esas carreras existen varias alternativas en distintas escuelas y en muchos casos hay otras licenciaturas muy similares aunque con nombre distinto. Compare los programas de estudio. El secreto es saber cuál es la que acomoda mejor a cada quién y en eso es muy difícil ofrecer consejos.
Lo cierto es que existen muchas universidades que ofrecen lo que no pueden cumplir; usan lemas y declaraciones que no se apegan a la verdad que viven y lo que realmente ofrecen. Eso las recomienda mal y es una buena pista para descubrirlas.
Otras cuentan con servicios adecuados y suficientes, pero sus maestros no son buenos; o viceversa. En otros casos el costo es demasiado alto, no necesariamente correspondiendo el valor real y verdadero del beneficio que ofrecen. Existen centros de educación superior que subsidia el Gobierno Federal que son tradicionalmente reconocidos por la calidad de los egresados.
No es verdad que las más caras necesariamente sean las mejores, como tampoco es cierto que en las escuelas del Estado no se puedan formar excelentes profesionales; le insisto en que la relación entre la calidad humana de maestros y alumnos y la capacidad instalada de servicio que tenga la institución, será el adecuado equilibrio para la “siembra” y lograr una “cosecha excelente” cuatro o cinco años después. Cuide de no hipotecar el futuro de su hijo o el suyo propio.
La realidad es que, hoy en día, también debemos tomar en cuenta desde el inicio de estudios de licenciatura la posterior formación profesional con un posgrado; es decir, que esos jóvenes que entrarán al primer año de una carrera, deberán pensar seriamente que el camino no termina con titularse, sino que sólo es un paso, muy importante, pero que deberá continuarse con una maestría y hasta con un doctorado.
Y para esta visión de nuevo cuenta la buena elección de este primer año. Sólo los mejor preparados académicamente tienen las mayores posibilidades de acceso a becas y apoyos para estudios de posgrado y serán ellos los que ocuparán los puestos de trabajo que dejan abiertas las oportunidades para seguir adelante con los estudios.
Tal vez le sea útil repasar las reglas básicas de los especialistas en mercadotecnia, las que utilizan cuando tratan de asegurar el éxito de un producto, aunque en este caso se trata de seres humanos:
Pregúntese qué quiere, luego analice si eso que quiere se necesita. Si ha contestado afirmativamente siga adelante y cuestiónese si eso que quiere y que piensa se necesita es bueno y adecuado (este punto, muchos mercadólogos poco éticos se lo pasan de largo). La siguiente pregunta es: ¿se necesita?; y continúe con otra: ¿se puede? La última parte es igualmente importante: ¿puede pagarla?
A estas preguntas debe agregar las relacionadas con la institución: ¿qué servicios ofrece?; ¿cuenta con el equipo adecuado?; ¿tiene buenos maestros?; ¿su ambiente es el conveniente para mi hijo?... y no olvide: ¿ lo puedo pagar sin hipotecar el futuro de mi hijo?
Éstos son sólo algunos comentarios que pueden serle útiles para la toma de decisión; queda por delante que su hijo y Usted analicen su situación especial para definir en qué escuela quiere estudiar. Aún así, desgraciadamente, nadie tiene el éxito asegurado, pero con estas pistas, al menos tendrá mayores oportunidades para tomar una decisión bien reflexionada.
Por último debo recordarle que existen los orientadores vocacionales que pueden ayudar a su hijo a definir la mejor elección, no deje de tomarlos en cuenta, especialmente si existen dudas sobre la carrera a la que piensa escribirse; algunas instituciones serias pueden dar ese apoyo extraordinario.
Tómese el trabajo de repensar bien la elección, que se trata de la profesión del ahora estudiante y a lo que va a dedicarse el resto de su vida. ydarwich@ual.mx