El norteamericano se despidió tras 14 años en activo.
Notimex
NUEVA YORK, EU.- Pete Sampras dijo ayer por la noche adiós a las canchas en una ceremonia cargada de emotividad en el estadio principal del Centro Nacional de Tenis de Estados Unidos, reunido con colegas, fanáticos, su mujer y su hijo.
“Es difícil, pero en el fondo de mi corazón sé que es tiempo de irse”, dijo Sampras ante un estadio repleto, mientras luchaba por contener las lágrimas frente al público que lo ovacionó por más de tres minutos de pie.
Sampras, de 32 años, fue recibido por legendarios ex tenistas como John McEnroe, Boris Becker y Jim Courier, cada uno de los cuales le dirigió palabras y lo consideró como uno de los más grandes del deporte blanco en todos los tiempos.
“Tengo que decir adiós”, dijo Sampras, tomando a su pequeño hijo de un año en sus brazos y comenzar el recorrido por las cuatro esquinas de la cancha, a manera de “vuelta olímpica”.
Su despedida tiene lugar por decisión propia y en la misma cancha en que ganó su primero y último torneos de Grand Slam, de los 14 años que obtuvo y habiendo sido el número uno del mundo por seis años consecutivos (1993-1998).
El Arthur Ashe Stadium fue el escenario perfecto para despedir a este deportista de estilo clásico, educado y discreto, efectivo y constante, ésta última una de las características que mejor le definen.
Dos nombres han sido cruciales en su carrera: el Abierto de Estados Unidos y Andre Agassi. Y es que Sampras derrotó a su eterno rival en la final del primero y del último de los Grand Slam que conquistó, precisamente el Abierto de Estados Unidos, en 1990 y en 2002, su último año en activo.
Con tan sólo 19 años, su nombre recorrió el mundo al ser el tenista más joven en ganar aquí su primer gran título tras derrotar a leyendas como Ivan Lendl, John McEnroe y Agassi para hacerse con el título.
Después alzaría siete copas Wimbledon (en un período de ocho años), ganaría otros cuatro Abiertos de Estados Unidos y dos Australian Open. Por el contrario, nunca pudo ganar el otro Grand Slam del circuito profesional, Roland Garros, donde llegó a semifinales en 1996.
En sus 15 años de carrera profesional, conquistó en total 64 títulos y fue miembro del equipo estadounidense en la Copa Davis por ocho años.
Según declaró en una reciente entrevista, su mejor partido fue la final de Wimbledon de 1999, en la que derrotó, una vez más, a Agassi, mientras que su derrota más importante la vivió en el Abierto de Estados Unidos de 1992, al perder la final contra el sueco Stefan Edberg.
Fue entonces cuando vio claro que lo más importante era ganar, que “a nadie le importa quien queda en segundo lugar”, como el mismo dijo.
A partir de esa fecha, trabajó duro para llegar a ser el mejor. Hasta ahora, cuando ya lo ha conseguido.