Copenhague, (EFE).- La dueña de una tienda de lencería de Ringkoebing, al sur de Copenhague, ha decidido que todas sus empleadas lleven una chapa con su nombre y la talla de sujetador para ayudar a los hombres que acuden al establecimiento a comprar ropa interior para sus parejas.
"Muchos vienen a la tienda y no saben la talla de la lencería de su mujer o novia y buscan entre las empleadas a ver si hay alguna cuyos pechos sean de igual tamaño que la interesada. Ahora, hemos hecho legítimo mirar a los pechos de las empleadas", declaró a "BT" la propietaria, Lotte Kaalund, quien también lleva la chapa.
Kaalund asegura que cuando les propuso la idea a las empleadas, todas reaccionaron positivamente, pese a que tenía carácter voluntario, aunque recalca que el lema de la iniciativa sigue siendo "ver, pero no tocar".
"Los clientes masculinos están muy contentos con este servicio extra y las mujeres consideran que es muy divertido", señala la dueña, a quien ya se ha dirigido otra tienda de la cadena para pedirle que le envía las chapas.