Con base en la reunión sostenida por el pleno del Consejo Coordinador Empresarial, en la presente revisión contractual con la CTM la base para la negociación del incremento salarial será del 4.5 por ciento, por lo que en el 2003 plantean no rebasar la media nacional como ha sucedido en años anteriores.
El principal argumento para fijar su posición es que la recesión económica de los últimos dos años mantiene sumidas a las empresas en una crisis y con poco margen de operatividad económica.
En la reunión que fue presidida el pasado lunes por la tarde, por el dirigente del Consejo Coordinador Empresarial de Durango, Oscar Muñoz García, se dio cita la mayoría de los presidentes de los organismos y cámaras empresariales que lo integran, salvo el líder de la CMIC, Javier Quiñones Ruiz, en virtud de encontrarse fuera de la ciudad.
En ese encuentro, los dirigentes empresariales dejaron en claro que por ninguna circunstancia aceptarían la demanda salarial cetemista que emplazó con un 25 por ciento, luego redujo como base de negociación al 15 por ciento, y en algunos sectores se mueve ya en los límites del 12 por ciento, por considerar que se encuentra fuera de toda proporción respecto a la recomendación del 4.5 por ciento de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, así como del 3 por ciento de la meta inflacionaria.
La sesión de trabajo que no duró las dos horas fue “muy ejecutiva”, puesto que en términos de porcentaje se coincidió en fijar su ofrecimiento en el orden del 4.5 al 5.0 por ciento cuando mucho, por lo que consideraron que un incremento de dos dígitos era todavía superior a lo pactado el año pasado. Por tanto, la estrategia y postura empresarial difícilmente se movería de esos niveles.
Los diferentes dirigentes empresariales uno a uno fueron exponiendo la situación que enfrenta cada uno de los sectores que representan, de tal forma que señalaron que aun el aumento del 4.5 por ciento es elevado, sobre todo para la industria forestal que enfrenta una recesión económica que se extiende por más de los últimos dos años, por la entrada de producción extranjera. Reconocieron que las necesidades de los trabajadores son mayores, pero ceder a sus pretensiones es poner en riesgo la planta productiva.
Ante la posición del dirigente cetemista, José Ramírez Gamero, en el sentido de no permitir la intervención de los dirigentes empresariales en las negociaciones, expusieron que si bien no hay elementos para actuar en sentido contrario, el compromiso que se estableció giró en torno a establecer una comunicación cercana y fluida con los empresarios emplazados, a fin de cerrar filas y brindarle todo el apoyo necesario.
Descartaron cualquier posibilidad de confrontación con la CTM, pero plantearon la necesidad de hacer conciencia con los trabajadores de las empresas de la difícil situación que se enfrenta, de tal manera que si se fuerza a un incremento salarial mayor a las posibilidades de los empresarios, entonces se tendría que recurrir al recorte de gastos, y dentro de ellos está el ajuste de personal.
Acordaron darle un seguimiento especial a aquellas empresas o sectores que en los últimos años la CTM ha venido presionando, a fin de concretar incrementos salariales por arriba de las posibilidades de las empresas, pero también fuera de la realidad que enfrenta el estado de Durango desde el punto de vista económico.