YOLANDA RÍOS RODRÍGUEZ
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La organización empresarial Desarrollo de La Laguna, pidió ayer al alcalde, Guillermo Anaya, que cumpla con su promesa de sacar a consulta pública una eventual derogación a la Ley seca dominical y la ampliación en los horarios para venta de bebidas embriagantes, ya que “no se puede seguir tolerando tanta simulación, clandestinaje y corrupción, sólo por una Ley obsoleta.
Desde hace meses, esta agrupación empresarial pidió a las autoridades municipales que analicen el contexto social, económico y hasta la colindancia de Torreón con Gómez Palacio, Durango, un estado con una diferencia en materia de alcoholes y que definieran lo correspondiente.
Víctor Alducin Flores, presidente de Desarrollo de La Laguna, se unió de esta manera al clamor de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac) que demandó terminar con la Ley seca por considerar que es sólo una simulación.
"No se trata de estar impulsado la cultura de la 'borrachera' o tratar de alcoholizar a la juventud, quien decida ingerir bebidas, lo hará aquí en Torreón, en Gómez o en cualquier lugar que le convenga, así que no es cuestión de leyes".
En opinión del empresario, es mejor que se le cierre la puerta a los clandestinos, se termine con los grandes negocios que se dan a la luz de la simulación y se les suspenda la gran fuente de ingresos a inspectores y policías que sobreviven de cuotas por tolerar estas irregularidades.
Víctor Alducin Flores pidió que las cosas vayan al origen como lo es la necesidad de cambiar el marco de Ley y por lo tanto los esquemas, porque “lejos de generar un beneficio a la sociedad, causa problemas de corrupción, pues los clandestinos cualquier día trabajan y nadie les hace algo”.
Que se cambie la Ley y si el alcalde Anaya Llamas, no se atreve a realizar un acto de autoridad, que haga una consulta a la ciudadanía para que ésta exprese sus puntos de vista y así lo envíe al Congreso del Estado el que deberá regirse por criterios maduros, apegados a la realidad y no moralistas, para decidir lo correspondiente.