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En 2003 murieron más de 400 ilegales

San Diego, California (Notimex) .- Más de 400 indocumentados mexicanos perecieron en 2003 en la frontera estadunidense con México, de acuerdo con cifras de la coalición de grupos de derechos humanos en California.

Las fatalidades de indocumentados ascendían hasta mediados de diciembre a 404 fallecidos, y a dos mil 720 personas desde que la Patrulla Fronteriza desplegó, a finales de 1994, operaciones de control, de acuerdo con la misma coalición.

La directora de la Fundación para la Asistencia Rural Legal de California (CRLAF), la abogada Claudia Smith, informó a Notimex que en 2003, perecieron 187 migrantes en la frontera de Arizona con Mexico, 123 en la frontera de Texas y 94 en la de California.

La mayoría de los migrantes pereció por las inclemencias del tiempo, al intentar cruzar por zonas de alto riesgo, como desiertos en verano, montañas en invierno y ríos, para tratar de evadir la vigilancia de la patrulla fronteriza.

En el año que termina murieron 179 personas por deshidratación e insolación al cruzar desiertos, principalmente en la frontera del estado de Arizona, donde se registraron 83 indocumentados fallecidos en el área de Tucson y otros 38 en las inmediaciones de Douglas.

Otros 74 migrantes perdieron la vida ahogados al cruzar ríos y sistemas de irrigación agrícolas, principalmente en las fronteras de los estados de Texas y California; otros 67 murieron por razones múltiples, desde balazos, hasta accidentes.

En el año 2003, 16 indocumentados mexicanos perecieron por asfixia, en su mayoría encerrados en diversos transportes; y otras 12 osamentas fueron encontradas pero su descomposición estaba tan avanzada, que fue imposible determinar las causas de su muerte.

Hasta el final de este año sólo habían muerto cuatro migrantes mexicanos por hipotermia o congelamiento al cruzar las montañas de la frontera de California durante el invierno; tres más perdieron la vida por complicaciones de salud.

El año 2003 ha sido hasta ahora uno de los más fatídicos para la migración indocumentada mexicana en la frontera, sólo superado en cifras por los 491 migrantes muertos durante 2000.

Al menos 100 de los migrantes fallecidos en 2003 carecían de documentos al cruzar la frontera.

Las autoridades policiacas y forenses concluyeron su procedencia por pistas diversas como el origen de su ropa, boletos de pasaje, alimentos, aspecto y pertenencias, pero forman parte de los más de 600 "migrantes muertos desconocidos".

"Cada una de las muertes de migrantes es lamentable, injusta e innecesaria, pero las de los migrantes desconocidos son más dolorosas, porque sus familias sufren agonías de no saber siquiera si debieran llorar a un muerto", dijo la abogada Smith.

"No hay peor angustia que no saber si el migrante que la familia vio salir con tanta esperanza sobrevivió o murió. En los grupos de apoyo a migrantes pensamos que hoy esta al alcance de los gobiernos de México y Estados Unidos ponerle fin a esa incertidumbre", comentó.

Representante de la coalición de organizaciones de derechos humanos en California, Smith propuso a México y Estados Unidos que conformen bancos de datos del ADN de familias que desconocen el paradero de sus migrantes, y los restos encontrados en la frontera.

"El antecedente está en Bosnia, y un poco en Herzegobina", dijo Smith; "la Cruz Roja realiza ahí análisis comparativos para encontrar restos de desaparecidos. Al principio costaban unos 200 dólares cada análisis, pero los costos bajaron".

Agregó que en la frontera entre Estados Unidos y México sería un procedimiento menos costoso, porque las oficinas de forense de los condados fronterizos guardan por décadas los registros de ADN de cuerpos de desconocidos localizados en la región.

Además de CRLAF participa en la coalición la mayor organización legal civil en el país, la Unión de LIbertades Civiles Estadunidenses (ACLU), el Comité de Servicios Amigos de las Américas (AFSC), una agrupación nacional religiosa de derechos humanos, y los Angeles de la Frontera, un grupo samaritano de San Diego.

Del lado mexicano está integraga la Casa del Migrante, el Albergue del Desierto, el Centro de Apoyo al Migrante, el Centro Pastoral Migratorio y la Casa de la Madre Assunta.

Esa red en la frontera entre California y México también se une a organzaciónes como el Comité de Derechos Humanos Fronterizo en Texas, La Mesilla en Tucson y la Coalición de derechos Humanos de Arizona.

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