De acuerdo con el reporte que dieron a conocer los Centros de Integración Juvenil en Durango, durante el año pasado se dio información y se orientó a más de 17 mil personas, de las que el 1 por ciento acudió a algún tratamiento de los que realiza la dependencia, según expresó su directora, Candelaria Rodríguez; también señaló que el éxito de la rehabilitación se establece por lo menos en un 90 por ciento y sólo existe una reincidencia del 2, mientras que el resto deserta de los programas.
Durante el 2002 se registraron 17 mil 441 atenciones, de las que 13 mil 565 fueron a través de información que se dio a conocer en conferencias y pláticas, mientras que 3 mil 875 fueron a través de orientación. En el año pasado se atendió a 180 personas en los distintos tratamientos que se llevan a cabo en los CIJ, de los que el 90 por ciento de las terapias y programas que se aplicaron fueron exitosos.
Candelaria Rodríguez indicó que la reincidencia entre los jóvenes es muy baja, pues aseguró que los CIJ mantienen un marcado seguimiento con los jóvenes que terminan su tratamiento, “por lo menos un año”, señaló.
De acuerdo con este seguimiento, también se mantiene un control estadístico sobre los jóvenes o adultos que llegan a recaer en el consumo de sustancias adictivas y refirió que ésta es muy baja, pues sólo es del 2 por ciento.
El 8 por ciento restante no logra terminar el tratamiento por distintas razones, como puede ser el escaso tiempo del que disponen a causa de estudio o trabajo, pero también hay seguimiento de sus casos y de éste 8 por ciento, un 1.5 también puede recaer, ya que generalmente no acudieron por su propia voluntad al tratamiento, o bien, no están muy conscientes de su problema.
El método que se designa para la rehabilitación de los adictos consta en el desarrollo y entendimiento de 5 factores importantes como: la autoestima, la asertividad, el apego escolar, el manejo del estrés y el desarrollo de habilidades sociales.
Candelaria Rodríguez manifestó que el procedimiento que sigue el paciente es extensivo a la familia, pues reconoció que difícilmente pueda existir una respuesta positiva en el enfermo, si la familia no está consciente del problema, pues destacó que también debe cambiar para que juntos puedan rehabilitarse a una nueva vida familiar.
Dijo finalmente que difícilmente el problema de la farmacodependencia puede erradicarse por completo, pues es un mal social que reincide en distintas épocas y tiempos, sin embargo, las instituciones deben realizar su trabajo de prevención para que la población que está en riesgo en el consumo de droga sea más madura con sus acciones y sus respuestas ante la vida.