En el juego de toma y daca en que está convertida la actividad parlamentaria, hoy jueves y mañana viernes habrá una votación definitoria en la Cámara de Diputados. No se trata, desde luego, de esa manoseada coordinación de la bancada priista que a todos nos llena de oprobio y vergüenza; sino de una decisión parcial en materia de impuestos, ciertamente tirada de los pelos, la cual va a quedar lejos de constituir la Reforma Fiscal anunciada por el Presidente de la República, condición sine qua non a la recompostura de nuestra destartalada economía nacional.
No resulta fácil predecir los resultados de estas sesiones. A la heterogénea composición partidista de la asamblea legislativa hay que agregar la división de los diputados del Partido Revolucionario Institucional. En opuestas esquinas: aquí los chuauyffetistas y acá los elbistas. Aquéllos quienes piensan ser más numerosos, dizque se oponen a cualquier lesión fiscal contra las clases populares; pero los fieles a la profesora, claramente alineada a su vez con el presidente Fox y su proyecto fiscal, no son pocos y pueden dar un susto.
Unos como otros alcanzarían la mayoría si logran cooptar los votos del Partido de la Revolución Democrática, los contados sufragios del Partido Verde Ecologista, los unos cuantos del Partido del Trabajo y los poquísimos de Convergencia Democrática. Obviamente restarían diputados priistas que no deciden si están con sandía o con melón. Si nada cambia en materia de contribuciones seguiremos en la situación de inestabilidad económica en que ahora sobrevivimos; si todo cambia y algo se compone para la macroeconomía, la microeconomía se hundirá más: la mayor parte de los mexicanos seremos enviados a puerto longón, ese sitio ficticio el cual, como saben bien los enterados, no está cercano: se localiza a 150 mil horasluz más allá de la tiznada.
Desde afuera no se ven bien las cosas. Por una parte los “elbiazules” intentan el menú confeccionado por el ex embajador Adolfo Aguilar Zinser: comer camote ante lo que resulta una clara expoliación a la mayoría de los mexicanos y un beneficio mediato a la clase empresarial.
Por la otra parte, los tricolores chuayffetistas prescriben un tratamiento diferente, tanto en especie y nomenclatura, el cual podría resultar peor: No al IVA generalizado, no al IVA en alimentos y medicinas, no al IVA en prestaciones económicas, vivienda y transporte; no al IVA en libros y eventos culturales; aunque sí un IVA con capucha nueva: el Impuesto a la Producción, Importación e Intermediación del 8 por ciento. De todos modos la propuesta Juana se llama, porque a los consumidores en la cola les podrá costar un oneroso 4 por ciento. Y naturalmente también aparecerán las deducciones comprometidas en el Impuesto Sobre la Renta.
Veamos ahora cómo está la prospectiva decisoria: El PAN cuenta con 152 votos incondicionales para la propuesta elbifoxista; más 17 votos verdes que se definieron por esta opción; más los votos elbistas-priistas, que son 40. Total se cuentan 209 votos, más 4 ó 5 que podrían conseguir en el último momento; los cuales, por inciertos, no sumamos. La corriente perredista, petista y priista (chuayffetista) se presenta así: PRIChuauyffet: 160 diputados; Partido del Trabajo; 6 diputados; Partido de la Revolución Democrática: 95 diputados. Total: 261 afirmativas que podrían aumentar con los votos de los 4 ó 5 indecisos.
Preguntemos, sin embargo: ¿Los votos de que se hablan están realmente comprometidos?... ¿No estarán haciendo las cuentas de la lechera los cabilderos de uno y otro lado? Y una cuestión más: ¿Representan la voluntad popular?.. ¿Los asuntos legislativos se conducen dentro de una auténtica democracia participativa interna o los diputados continúan litigando sus asuntos “soberanos” en Los Pinos como ante del 2 de julio del año 2000?... ¿Hasta dónde llegan los compromisos de Fox y Gordillo con el Presidente de la República? No preguntamos por la posición del PAN, que es el partido oficial en este momento; ni por el Verde Ecologista, el PT o Convergencia que son, de suyo, débiles y cooptables. Pero, malgré tout, habría que interrogarnos sobre el Partido de la Revolución Democrática, hoy por hoy coquetísimo con la iniciativa privada....
Todo sigue siendo un misterio, aunque todo esté a la vista. ¿Y los gobernadores? Una tercera parte de los mandatarios estatales, sean del partido político que sean, piensan día y noche en la Presidencia de la República y dejan correr la bolita del Presupuesto de Ingresos: después de todo las aguas broncas de los ríos que se salen de madre siempre suelen dejar un benéfico humus en la ribera... Sólo nos queda esperar...