Al conocerse la injerencia de la familia Mansur en la directiva de Vaqueros Laguna, la primera posibilidad para dirigir a la novena era automáticamente Winston Llenas, el popular “Chilote”, que tan buenos resultados le dio a Cafeteros de Córdoba, Diablos Rojos del México y Broncos de Reynosa, en su paso por la Liga Mexicana de Verano, primero como pelotero y posteriormente en calidad de manager.
Winston Llenas trabaja hace muchos años con los Indios de Cleveland y en República Dominicana realiza labores de buscador de talentos para esa organización de la Liga Americana; además de Winston Llenas, se pensó en Félix Fermín, manager de las Águilas Cibaeñas, pero el piloto campeón de la Serie del Caribe 2003, también está comprometido con el beisbol de ligas mayores y, precisamente, es en el verano cuando más tiempo dedica a esa labor.
Otro amigo de la familia Mansur es Lorenzo Bundy, cañonero norteamericano que llegó a los Diablos Rojos del México y se convirtió en uno de los ídolos de la franela, como también lo fueron en sus respectivas épocas: Alonso Perry, Pat Bourque, Dick Stenholm, Jim Clark, Ricardo Joseph, Adolfo Phillips, Ty Gainey, Félix José y Roberto Kelly, los dos últimos, pilares del actual campeonato del conjunto escarlata.
Bundy terminó su carrera como pelotero y decidió convertirse en manager, actualmente es el subcampeón en la Liga del Pacífico, al frente de los Águilas de Mexicali; Bundy tiene trabajo actualmente en su país y eso hizo que la directiva de Vaqueros desistiera de su contratación.
Entre el material mexicano en que se pensó, estuvo Juan José Pacho, pero en un proyecto a largo plazo, lo cual se complicó al tratarse de un elemento que no es propiedad de la organización. Fue así como la directiva tomó la opción de Alex Taveras, un pelotero que en Ligas Mayores se distinguió por su excelente defensiva, pero sin haber sido un gran bateador, sí adquirió los conocimientos necesarios para transmitirlos a sus dirigidos, sobre todo los jóvenes que ahora tiene en Vaqueros Laguna.
Fuimos testigos, porque nadie lo platicó, de la forma en que Alex Taveras todos los días corregía detalles que aparentemente son pequeños, pero que van a ayudar al pelotero a ser mejor, tanto defensivamente como en la caja de bateo. José Amador, Omar de la Torre y Eloy Arano, recibieron valiosos consejos que a partir de mañana podrán reflejarse en su desempeño en el terreno de juego. Omar de la Torre llegó de los Guerreros de Oaxaca, en donde no recibió la oportunidad y casi se puede asegurar que el tapatío será uno de los jardineros en el arranque de la temporada, junto con Eloy Arano e Israel Alcántara, sin olvidar a un Gonzalo Meza que está decidido a tener una actuación muy superior a la del 2002, cuando llegó de los Diablos Rojos del México.
El pitcheo, la máxima esperanza
Desde su llegada a la nueva directiva, José Antonio Mansur Beltrán y Carlos Gómez del Campo, se preocuparon por analizar detenidamente las estadísticas finales del Unión Laguna en el 2002, y mucho llamó su atención lo realizado por el pitcheo, en donde se tuvieron problemas muy serios cuando el inicialista fallaba en las primeras entradas; si el abridor llegaba a la sexta o séptima entrada, Laguna tenía prácticamente el juego en la bolsa, a pesar de las malas actuaciones de Kent Wallace y Carlos Chávez, quienes pasaron inadvertidos por el equipo, y qué bueno, porque eso le abrió la puerta a Trebor Álvarez, que en el 2003 tiene toda la confianza del cuerpo técnico.
Ahora la situación luce distinta, al menos en el papel, porque a los cinco abridores ya señalados, se agregan elementos importantes del relevo, como Jorge Roque Gutiérrez, Martín Gómez, Hugo Verdugo, Julio César Jiménez, Federico Castañeda, José Juan Martínez, Juan Francisco Barreras, Rodolfo González y Trebor Álvarez. De este grupo saldrá un abridor que tomará el sitio de Jesús Martínez Reynoso, frente a los Broncos de Reynosa, durante la primera serie completa de Vaqueros como visitante.
Se habla de Julio César Jiménez o Jorge Roque Gutiérrez como sustitutos de Jesús Martínez Reynoso, y en verdad, el staff de lanzadores luce balanceado, con brazos veteranos pero aún con calidad suficiente, como es el caso de Juan Jesús Álvarez, Isaac Jiménez y Efraín Valdez, quienes estarán rodeados de brazos jóvenes, llenos de ilusiones y con deseos de hacer el grado y ganarse un lugar en el primer equipo.
A seguir por la misma senda
Desde el nombramiento oficial de Alex Taveras se ha notado el apoyo total de la directiva hacia el manager dominicano y esa es una situación digna de aplaudirse, porque en Liga Mexicana la mayoría de los directivos siente facultades para influir directamente en decisiones deportivas que normalmente son responsabilidad del timonel.
Alex Taveras hoy es un hombre tranquilo, que confía en la gente que él recomendó para la organización y, desde luego, sabe que si las cosas no caminan de acuerdo a lo esperado, entonces sí se le van a pedir cuentas. Nunca en la última época del Unión Laguna, que data de 1985, un manager había sido el encargado de escoger todos sus refuerzos extranjeros, así como su cuerpo técnico, sin embargo, se dieron casos de gran injusticia, ya que al no funcionar la nave el manager era cesado, sin que éste tuviera injerencia en la integración del equipo.
La gente que hoy dirige a Vaqueros en el escritorio es joven, pero no nueva en el beisbol; José Antonio Mansur Beltrán es nieto de uno de los directivos más exitosos de México, miembro del Salón de la Fama de Monterrey; su padre dirige los destinos de Cafeteros de Córdoba, y su tío, Roberto, ha hecho de los Diablos Rojos del México uno de los equipos más representativos de la pelota profesional de verano.
Carlos Gómez del Campo fue pelotero de ligas pequeñas y su afición por el beisbol se puede palpar con sólo cruzar algunas palabras con él. Se trata de gente con ideas frescas, tendientes a construir una gran organización, y que para alcanzar sus logros cuentan con el apoyo de una familia que incursiona por vez primera en el Rey de los Deportes, pero que a nivel nacional ya tiene un gran reconocimiento, a través de una de las empresas más exitosas de la actualidad.
Las condiciones están dadas para que el cuadro lagunero sea protagonista en el 2003, seguramente habrá eventualidades que afectarán el desempeño del equipo, pero todo deberá ser parte de la condición propia del ser humano, porque eso son los peloteros antes que nada. El esfuerzo conjunto ha sido real, y si se mantiene por ese sendero, Vaqueros será lo que sus aficionados desean, un cuadro de respeto en Liga Mexicana y no una comparsa, como hace un año lo dijo Roberto Mansur, en una verdad muy dolorosa.