EL PAÍS
BOGOTÁ COLOMBIA.- Es importante que la ONU esté en este proceso, que lo verifique más de cerca, menos de cerca, no sé el grado, pero es importante que esté allí”, dijo ayer el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, sobre el proceso de desmovilización de los paramilitares que está en marcha. Uribe recibió a un grupo de periodistas extranjeros en la sede de la Brigada XVIII en Arauca, convertida en sede del Gobierno desde el pasado martes.
Uribe, desde el comienzo de su mandato, delegó a la ONU la misión de servir de puente para que las FARC, la guerrilla más numerosa del país, se sienten a la mesa de negociación. Poco se ha avanzado. El presidente reprochó al organismo que “critican mucho y hacen poco”.
El comisario de Asuntos Exteriores de la UE, Chris Patten, a través de su portavoz, aseguró que hubiera sido preferible un proceso integral que incluyera a la guerrilla. Dijo también que teme que dé “vía libre a la impunidad”. ¿Se siente incomprendido en este tema?, le preguntó este periódico al primer mandatario. Uribe abandonó su tono pausado y respondió enérgico: “Nunca me he sentido incomprendido porque soy un combatiente. Todo esto hay que respetarlo. El proceso se maneja con prudencia, sin clandestinidad, con argumentos y razones”. Hizo una pausa y reflexionó en voz alta:
“Muchos me han dicho: ‘¿está listo el Estado para dar seguridad en zonas donde han dado seguridad los paramilitares?’. Muchos ciudadanos, cuando les ponen el micrófono, critican a los paramilitares, pero en privado dicen: ‘no los quiten’. La verdad es que han llenado un vacío que gravemente dejó el Estado; su desaparición le impone al Estado el deber de fortalecerse y recuperar el imperio institucional.
Ese camino, tarde que temprano, mientras más temprano mejor, lo tiene que recorrer Colombia”.
Congraguerrilla
Por otro lado diez guerrilleros murieron en combates con tropas del ejército que logró además recuperar armamento, municiones, equipos de comunicación y material de intendencia, informo ayer la Agencia de Noticias del Ejército.
El primer combate se registró el miércoles en la zona rural del municipio de Palermo, a 270 kilómetros al suroccidente de Bogotá, cuando un batallón de contraguerrilla enfrentó un reducto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y dio muerte a cuatro guerrilleros.
Un segundo combate se registró horas más tarde en Santa Rosa, municipio situado a 450 kilómetros al suroccidente de Bogotá, con saldo de otros cuatro guerrilleros de las FARC muertos.
Otros dos guerrilleros de las FARC perecieron en otros dos enfrentamientos con las tropas en regiones rurales del suroeste de Colombia, según el informe oficial.
Además los batallones antiguerrilla ejecutaron el miércoles otras operaciones contra reductos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las FARC en las cuales fueron decomisadas 45 minas antipersonales, 43 granadas de fragmentación, un lanzagranadas, 5.000 proyectiles y tres cilindros de gas repletos de explosivos.
Las FARC y el ELN son las mayores y más antiguas guerrillas que operan en Colombia.