NOTIMEX
MÉXICO, D.F.- El crecimiento de la mancha urbana y la falta de personal y recursos económicos oficiales para resguardar el patrimonio histórico-cultural del Cerro de la Estrella, amenazan la integridad de este sitio que fue uno de los centros ceremoniales más importantes de Mesoamérica.
Tan sólo la estructura del “Templo del Fuego Nuevo”, basamento que da identidad al cerro donde los mexicas esperaban recibir señales divinas desde el cielo, al apreciar las constelaciones de Orión y las Pléyades sobre el cenit, registra una devastación del 60 por ciento.
Difícil resulta que sólo un custodio, Daniel Hernández, proteja las 140 hectáreas de extensión de la zona arqueológica ubicada en la delegación Iztapalapa.
Mencionó que 50 por ciento del área se encuentra ocupada por asentamientos, los cuales, no obstante que son irregulares, cuentan con servicios públicos.
El arqueólogo Jesús Sánchez Sánchez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), reconoció en entrevista con Notimex que la situación del Cerro de la Estrella -que durante la ocupación azteca, desde el siglo XIV hasta el XVI, se le denominaba Cerro de los Huizaches- es “delicada”.
Aseguró que el estado de conservación del “Templo del Fuego Nuevo” es lamentable por diversas razones y que la estabilidad de la estructura está en riesgo, porque la cúspide del cerro sufre un fuerte proceso de erosión de las capas de ceniza.
Destacó que entre los factores que originan que el lugar sagrado se encuentre “severamente dañado”, es que algunos habitantes de colonias aledañas lo utilizan para realizar ejercicios aeróbicos y otros más lo usan como paso “común y obligado” para acudir a los centros educativos o laborales.
“Desafortunadamente, aseveró, existe inconsciencia y la gente todavía no le da el valor que merece a nuestro patrimonio, sobre todo cuando éste se encuentra tan cercano a nuestras casas”.
Mencionó que para evitar que la zona arqueológica se deteriore más, funcionarios del INAH, en colaboración con autoridades de la Delegación Iztapalapa, mantienen conversaciones con las personas que de manera irregular habitan la zona.
“La expansión de la mancha urbana, en gran medida incontrolada hasta ahora, pone en riesgo este cerro que aunque fuertemente modificado por la actividad antropogénica, sobre todo en las cinco últimas centurias, mantiene una importancia fundamental para la Ciudad de México, toda vez que se trata de una de las áreas con ocupación humana desde por lo menos hace cuatro mil años.”
Precisó que aun cuando en la zona se ubican asentamientos irregulares, éstos cuentan con servicios de drenaje, agua, energía eléctrica y pavimentación.
Jesús Sánchez informó que desde 2002 existe el “Proyecto de Investigación Antropológica Cerro de la Estrella” que incluye establecer acuerdos con las personas que habitan los asentamientos irregulares, con autoridades de la demarcación política y con la Comisión de Recursos Naturales del Distrito Federal.
Agregó que el programa prevé también que el gobierno federal emita una declaratoria para considerarla como área natural protegida o monumento arqueológico, con lo que el INAH contaría con un instrumento jurídico “que nos daría mayores facultades para proteger la zona”.
Asimismo, destacó que el Programa de Conservación y Rescate del Cerro de la Estrella incluye investigaciones de carácter interdisciplinario para avanzar en el estudio del lugar.
Reconoció que esta zona arqueológica había sido “poco atendida” por la comunidad científica, por lo que el programa incluye la participación de arqueólogos, antropólogos, historiadores, etnólogos y biólogos.
Explicó que el proyecto de investigación incluye el análisis de esta zona arqueológica y del centro histórico de Iztapalapa, incluyendo Mexicaltzingo y Culhuacán.
Mencionó que el plan toma en cuenta esos sitios porque, argumentó, en ellos se localizan los puntos de mayor valor histórico-cultural en términos de vestigios arqueológicos y arquitectónicos, prehispánicos y coloniales, y por la permanencia de costumbres, tradiciones y manifestaciones culturales y artísticas.
Informó que las acciones para este 2003 son la consolidación y el reforzamiento geológico de la parte superior del cerro y el área que sirve de apoyo al basamento prehispánico del “Templo del Fuego Nuevo”.
Asimismo, indicó, realizaremos un estudio integral del espacio ceremonial mediante la excavación de pozos y calas de sondeo al interior de la estructura, plaza y basamento en el extremo sur, para definir las etapas de construcción, ocupación y tipos de materiales con el que está hecho.
Mencionó que también diseñarán un banco de datos para jerarquizar la información que hasta el momento ha derivado de estudios arqueológicos, históricos y antropológicos en general.
El especialista del INAH agregó que también realizarán una campaña de difusión para que los capitalinos valoren el significado cultural e histórico de la zona.