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México, DF.- El 80 por ciento de la población rural, es decir alrededor de 20 millones de habitantes, y el 40 por ciento de la urbana, 26.8 millones, están imposibilitados de adquirir una canasta alimentaria y no alcanzan niveles adecuados de seguridad nutricional, advierte un estudio patrocinado por la UNAM.
El documento explica que la seguridad alimentaria es la disponibilidad adecuada de un monto de reservas nacionales de alimentos que permita enfrentar la escasez originada por factores imprevistos como sequías, inundaciones, heladas, ataques de plagas a los cultivos o la manipulación de los mercados agrícolas internacionales De acuerdo con el estudio “Dimensiones Regionales de la Seguridad Alimentaria en México”, dirigido por José Gasca Zamora y Felipe Torres Torres, integrantes del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, por entidad federativa se ubicaron rangos de seguridad alimentaria en función de los ingresos promedio.
Las regiones con una mejor posición se ubican en el centro y norte del país, mientras que sobresale un gran número de zonas que no alcanzan mínimos alimentarios recomendables y se encuentran en situación crónica, entre ellas el norte de Zacatecas, la Sierra Gorda de Querétaro y Guanajuato; la costa de Michoacán y valle de Apatzingán, y Tierra Caliente de Guerrero.
Centro y norte de Guerrero, la Mixteca poblana y oaxaqueña, los valles centrales y la costa de Oaxaca, los Altos de Chiapas y la Selva Lacandona, parte de Campeche y el sureste de Yucatán.
El análisis que se dará a conocer al público a mediados de octubre en el Museo de las Ciencias “Universum”, situado en Ciudad Universitaria, destaca que a nivel municipal se encontró que existen mil 45 municipios, casi la mitad de los que integran el país, con problemas graves o marcados de seguridad alimentaria.
Están ubicados principalmente en Oaxaca (520), Estado de México (88), Chiapas (79), Yucatán (78), Guerrero (74), Hidalgo (50), Tlaxcala (49) y San Luis Potosí (22).
José Gasca Zamora puntualiza en el análisis que la estructura territorial diferenciada de la seguridad alimentaria corresponde a las zonas de mayor pobreza y marginación y con existencia de capacidades productivas limitadas.
Por ello, la seguridad alimentaria, como problema localizado, representa una condición de riesgo y conflicto social que requiere la instrumentación de políticas y programas desde una perspectiva regional.
A partir de los resultados de la investigación se identificaron lineamientos para orientar los procesos políticos e institucionales que sirvan como guía en el diseño de una estrategia de seguridad alimentaria nacional y regional, entre las cuales se encuentran las siguientes: Elaboración de un programa de detección-atención alimentaria y nutricional de las regiones en mayor riesgo; estructuración de un plan de monitoreo y alerta sobre seguridad alimentaria regional; esquemas de apoyo directo y compensaciones a productores para asegurar niveles adecuados de producción interna de alimentos.
Diversificación de la producción agroalimentaria, especialmente de pequeños productores; apoyo a productores para la comercialización directa y transformación agroindustrial de sus productos; programas generadores de empleo y diversificación de fuentes de ingreso a nivel rural y urbano.
La problemática que guarda la seguridad alimentaria en México se explica por diversas situaciones que tienen lugar desde la esfera de la producción hasta el consumo, que actúan en conjunto, determinando diferentes niveles de disponibilidad y acceso alimentario.
Entre ellos podemos destacar los siguientes: heterogeneidad en la dotación de recursos naturales y el tipo de los productores; excesiva especialización y sobreexplotación; estructuras regionales diferenciadas en la producción, que presentan una alta vulnerabilidad en los mercados,lo cual incluye también a la mayor parte de sus productores.
Prevalece también la ausencia de una visión estratégica del Estado hacia el sector agropecuario y la falta de acciones concretas de apoyo y fomento productivo, determinan una crisis permanente de este sector.
Para satisfacer la demanda interna de alimentos se recurre a crecientes importaciones de alimentos, lo cual genera mayor dependencia del mercado internacional, especialmente en granos de consumo básico, dice el experto de la UNAM.
Explicó que México posee una distribución del ingreso altamente polarizada, que determina graves niveles de marginación social y un acceso desigual a los bienes alimentarios y otros satisfactores de la población.
A partir del concepto de seguridad alimentaria citado, esta investigación se propuso conocer y explicar las causas que determinan los desequilibrios regionales inscritos en el desarrollo económico y social, que afectan los rezagos en la producción, como distribución y acceso de alimentos, los cuales afectan las condiciones nutricionales de la población mexicana.
Se identificaron variables e indicadores y se desarrollaron formas de evaluación y medición de la estructura productiva agropecuaria, infraestructura, distribución de productos agrícolas, así como de disponibilidad y acceso alimentario de la población en diferentes escalas regionales.
Con la integración de estos componentes, se construyeron índices estadísticos que dan cuenta de las dimensiones geográficas de la seguridad alimentaria.
Los resultados se expresaron de forma cartográfica a escalas estatal, regional y municipal, considerando los años 1990, 1995 y 2000.
Desde la perspectiva institucional, entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) consideran que la seguridad alimentaria es el acceso de todas las personas hacia una alimentación suficiente que les permita en todo momento una vida sana.
Para ello se deben cumplir tres requisitos: disponibilidad en los alimentos, estabilidad en los suministros y acceso a los mismos.
La seguridad alimentaria ya sea a nivel individual, familiar o de grupo social, requiere como condición necesaria un ingreso suficiente y estable para acceder a los componentes de una canasta alimentaria adecuada en calidad y cantidad.
Alcanzar esta condición significa adquirir capacidades favorables para el desarrollo de una comunidad, una región o un país.
Otros participantes y colaboradores de esta investigación son: Javier Delgadillo, David Oceguera, Teodoro Aguilar, Sergio E.
Martínez, Rafael Olmos, Yolanda Trápaga, Noé Arroyo, Rodrigo Huitrón, Vicente Galindo, Héctor Cortés y Felipe Alvarez.