Jaime Muñoz Vargas presentó su más reciente producción literaria
TORREÓN, COAH.- No es un libro de historia, sino una ficción. En Juegos de Amor y Malquerencia, Jaime Muñoz Vargas se dejó ?seducir? por la inercia de la imaginación y por la realidad del lenguaje.
En entrevista, el escritor lagunero habló acerca de su nueva creación, la cual fue presentada en el marco de la clausura de la Feria del Libro 2003, organizada por la Universidad Iberoamericana (UIA) Torreón.
En su análisis personal, el texto apuesta por la ubicación del género, porque se trata de una novela que simula ser una memoria escrita por un autor anónimo e iletrado.
Con ese dato lo que siguió, según explica, fue diseñar un lenguaje creíble para esta ?memoria?, y lo que encontró fue un tono y un léxico que ?raya irremediablemente en lo paródico?.
¿Qué diferencia y qué similitud tiene este
nuevo texto en relación a los anteriores?
-Es muy diferente a mis anteriores producciones. Solamente lo podría comparar con mi primera novela, y es claro que también se trata de dos historias totalmente distintas en forma y contenido. Juegos de Amor y Malquerencia es, aunque no lo parezca en el primer vistazo, más atrevida como experimento literario. Lo que más ha llamado la atención, es quizás el lenguaje rupestre, tosco, elegante fallido.
Otro punto de diferenciación con respecto de mi novela anterior está en el personaje; en aquella sobresale uno solo; en ésta no hay un protagonista definido, pues los diez peones de la imaginaria Santa Teresa tienen el mismo rango de importancia dentro del relato. En general, son dos libros totalmente distintos y tal vez sólo se parecen en que son novelas y en que ambas tienen una cierta inclinación humorística.
¿Cómo afloró la inspiración
para que escribieras esta historia?
-En el 2000 vi una foto que me estimuló gratamente. Aparecen en ella diez hombres que miran a la cámara con algo de desconfianza y con una especie de orgullo contenido. Me dio la impresión de que eran grandes amigos, muy machos, muy aguerridos y muy argüenderos. De inmediato pensé que detrás de aquella imagen había una oportunidad de narrar algo. Para entonces yo estaba escribiendo cuentos inspirados por mi contexto inmediato, por mi vida en Torreón, y creí útil inventar una historia que me permitiera alejarme un poco de mi circunstancia, que con mayor libertad me dejara desarrollar una anécdota. Además, en aquellos meses yo estaba muy intrigado por el valor que tiene el documento escrito como fundamento de la escritura histórica. Muchos grandes teóricos de la historia han reflexionado sobre eso y yo quise armar un juego serio con el susodicho debate. El resultado es la creación de mi novela, una ?memoria? donde gracias a la invención insinúo la manera de acercarnos al documento real.
¿Cuál es el punto central
que abordas en este libro?
-Soy un bicho de la urbe lagunera, pero en mi infancia tuve una importante cercanía con el mundo rural de La Laguna. Hay una zona del medio campesino de Gómez Palacio que conocí más o menos bien y que, sin darme cuenta, sobrevivió en mí, hasta la fecha, durante más de treinta años. Por eso no era necesario ir a Santa Teresa, dado que ese lugar es imaginario y lo puedo fantasear basado en mi ya vieja experiencia directa con otros ejidos como San Felipe, El Compás, Esmeralda, Luján, Gregorio García, Venecia, San Alberto, El Quemao, Santoña. Muy tarde valoré mi contacto infantil con el ámbito rural lagunero; mi padre jugaba beis dominguero en esos sitios, mi hermano mayor (Luis Rogelio, a quien le dediqué la novela) y yo lo acompañábamos y ahora que lo recuerdo pienso que aquélla fue una etapa maravillosa de mi vida. Eso nunca murió en mí, ni morirá.
¿Qué hay de Jaime Muñoz Vargas
en las páginas de esta publicación?
-Varias pasiones: mi placer por inventar historias, mi orgullo de ser lagunero, mi gusto por la pirotecnia verbal, mi fe en la literatura y mi indesmoronable concepto sobre el valor de la amistad.
¿Qué es lo que sigue en cuanto
a tus siguientes escritos?
-No sé con exactitud. Tengo por lo menos seis libros inéditos y en la antesala de la publicación. Me gustaría sacar adelante, primero, un volumen de cuentos cuyo título tentativo es Medio Litro de Vodka, pero no sé que vaya a ocurrir en el 2004. Lo más probable es que los engargolados se sigan acumulando en la antesala. Todo esto es un asunto de paciencia; hay que esperar y mientras tanto no abandonar la escritura.
Firma de libros...
Los autores de Juegos de Amor y Malquerencia y Corazón de Nuez, estarán hoy en una firma de libros en El Ático, librería de una plaza comercial ubicada sobre el periférico.
A partir de las 17:00 horas y hasta las 8:00 de la noche, Jaime Muñoz Vargas y su pequeña hija Renata Iberia Muñoz Chapa estarán firmando autógrafos para el público amante de las letras.
Cabe recordar que, ambos textos fueron presentados en la Feria del Libro de la UIA, que se celebró del dos al ocho de este mes en el Gimnasio Torreón.
La pequeña Renata Iberia reúne en Corazón de Nuez sus primeras historias, llenas de imaginación e idealismo, lógicos en una personita de tan sólo seis años.
DEL ESCRITOR
Jaime Muñoz Vargas es escritor, maestro y editor. Actualmente, trabaja para el Archivo Histórico Juan Agustín de Espinoza, SJ de la UIA Torreón, en donde además coordina el taller literario. E
CREACIONES: El Principio del Terror (novela), Pálpito de la Sierra Tarahumara (poesía), y El Augurio de la Lumbre (cuento), entre otros.
RECONOCIMIENTOS: Premio Nacional de Narrativa Joven (1989), Premio Nacional de Novela Jorge Ibargüengoitia (2001) y fue finalista en el Concurso Nacional de Novela Joaquín Mortiz 1998.
APARICIONES: Ensayos y artículos suyos se han publicado en revistas y periódicos como Ensayo, Azar, Historias de Entretén y Miento, Tierra Adentro, Frontera, Acequias, El Huevo, Hoja por Hoja y en la revista virtual Espéculo de la Universidad Complutense de Madrid.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón