El costarricense Sergio Casasola inició un taller en el Icocult Laguna,que continuará durante esta semana
TORREÓN, COAH.- La abstracción es un proceso artístico a través del cual se llegan a eliminar los elementos externos a la obra. Por su parte, en la no figuración ya no existen estos elementos, ya no hay nada externo a la pintura.
Así explica Sergio Casasola estos dos movimientos artísticos contemporáneos, que son el tema principal del taller que inició ayer en el Centro de las Artes del Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna.
Bajo el título Entre la Razón y la Expresión, el curso de Introducción al Arte Abstracto y a la No Figuración se desarrollará durante esta semana, en dos grupos: por la mañana y por la tarde.
Se trata de un tema un tanto complejo, ya que sí es difícil comprender las obras que se ubican en ambas corrientes, resulta aún más el tratar de asimilar sus procesos creativos.
Al respecto, el creador costarricense opina que lo anterior es consecuencia de un planteamiento equivocado a la hora de admirar una obra de arte de esta naturaleza.
La pregunta no es qué es lo que significa lo que uno está viendo, sino cómo fue realizado. Es decir que, lo que más importa es la forma en que la obra fue elaborada: colores, composiciones, tratamiento y sobre todo, el contexto que la envuelve. No se trata de definir qué es lo que está representando, afirma.
En el sentido estricto, “abstraer significa restar, es decir, quitar los elementos superfluos a la obra -apunta Casasola-, y de ahí parte el principio del arte abstracto, que no es más que el proceso para despojar de todos esos factores que alteran la creación”.
En el arte abstracto, como en cualquier otra creación figurativa y no figurativa, siempre habrá diversos significados, y hasta una interpretación personal del espectador, por eso Casasola asegura que una obra es poli significativa.
Con ello, quiere decir que un trabajo artístico siempre expresará un cúmulo de sentimientos, emociones y sensaciones que está experimentando el creador, lo mismo que un contexto.
Y como ejemplo, el maestro ofrece como referencia una maravilla natural tan sencillo: “Uno admira las nubes y le encuentra diversas formas y figuras, pero no necesariamente fue lo que se quiso expresar, sino que cada quien le otorga un concepto personal”. Y definitivamente tiene una significación específica, ya que dependiendo del tono y el tamaño, pueden aportar señales de lluvia o algún otro fenómeno meteorológico.
Para ofrecer una idea más concreta, el maestro nombró un comparativo entre los movimientos artísticos. Por decir algo, una obra figurativa será aquélla en la que se represente un paisaje, con sus montañas, su naturaleza y quizás hasta un personaje.
Al eliminar estas figuras, es decir, quitar el paisaje con todo y sus cerros, sus árboles y demás, se está abordando un proceso de abstracción, que una vez que logre apartar todos estos elementos externos, se convertirá en una creación no figurativa.
“Una obra de arte siempre responde al lugar y al tiempo en el que nace; uno puede reconocer cierto significado, pero más allá de eso hay muchos más. La obra no solamente significa algo que se me ocurrió a mí, sino que es un trampolín para sugerir un montón de cosas: sensaciones, ideas, etcétera”.
Desde una línea, el color, la escala o formato en la que está realizada, la composición y el tratamiento. Todo esto expresa indiscutiblemente algo.
La necesidad de inmiscuirse en aspectos que van más allá de las figuras exactas, fue lo que llevó a Sergio Casasola a convertirse en un artista no figurativo, sin haber experimentado el proceso del arte abstracto. Se puede decir que el talento ya lo traía casi desde su nacimiento.
Porque aunque posee una formación académica en los institutos de arte más importantes de Rusia y Ucrania, el costarricense siempre mostró una inclinación por dejarse llevar por las ideas y el pincel, lo que plasmó desde sus primeras creaciones, en obras libres de todo elemento exterior.
Llegó a la capital azteca hace cinco años, para realizar la beca que el gobierno mexicano le otorgó en el área de litografía, en la Academia de San Carlos. Y llegó para quedarse, pues confiesa que los encantos de estas tierras le impiden regresar a su lugar de origen.
A invitación de Miguel Canseco, director del taller de gráfica El Chanate, Sergio accedió a compartir sus experiencias con los creadores visuales laguneros. Y aunque apenas tiene dos días en la ciudad, ya asegura sentirse como en casa.
“En este curso vamos a jugar a hacer el proceso de abstracción, porque hay que aclarar que, históricamente, los pintores se tardaron más de 20 años en lograrlo”.
Quizás no se llegue a terminar de formar artistas laguneros abstractos o no figurativos, pero es seguro que los elementos para llegar a serlo se les proporcionarán. A través de cinco sesiones, los participantes podrán conocer los orígenes de la abstracción; los dos tipos de ésta: geométrica y biomórfica; la no figuración en la actualidad; y al final, podrán desarrollar libremente ambas corrientes.
Así que cuando esté frente a una obra que le resulte complicado asimilar, lo mejor es que no trate de explicar qué significa, sino que fije su atención en la forma en que fue elaborada. Porque seguramente, se trata de una creación abstracta o no figurativa.
Monumentos a lo pequeño...
La Naturaleza Detenida de Ramón Eguía se resumirá esta noche, en una colección de 11 grabados, cinco dibujos y un óleo, que conforman la primera muestra individual del joven artista.
La ceremonia inaugural dará inicio a las 20:30 horas, en el Centro de las Artes del Icocult, ubicado en avenida Juárez y calzada Colón.
El creador es uno de los artistas que surgen del taller El Chanate, que lleva cerca de año y medio trabajando en la citada institución.
Y quien mejor para definir su obra, que su maestro y amigo, Miguel Canseco: “Sus obras son monumentos a lo pequeño, y se sustentan en el ojo inteligente del más frágil de los recursos: la línea”.
Opina que son imágenes en donde la transparencia del color y los vuelos sutiles juegan un papel preponderante. En líneas, sombras y espacios amplios Román configura el cuerpo de sus ideas.
EL MAESTRO...
Antes que instructor, Sergio Casasola es un artista no figurativo, en cuyas obras plasma su inclinación por los elementos caligráficos y orgánicos. Prueba de ello es Litografía Número Ocho.
-Estudió dibujo en el Instituto Costarricense de Cultura Hispánica; en el Instituto de Arte Zúricov en Moscú; y en el Instituto Estatal de Arte de Kiev, Ucrania.
-Además, estudió historia y filosofía en la Universidad de Costa Rica; y litografía y xilografía en la Academia de San Carlos de México.
-Desde 1992 imparte talleres de diferentes técnicas de pintura y dibujo, iniciando en Costa Rica, y ahora en México.
-Entre sus exposiciones individuales destacan las que ha presentado en las técnicas de la acuarela y el acrílico, en su país de origen. Así como la de litografías, en la que resumió el resultado de la beca que le otorgó el Gobierno mexicano, presentada en la Embajada de México en Costa Rica.
-También ha participado en colectivas montadas en San José, Costa Rica; San Francisco, California; Québec, Canadá; y México, D. F.
FUENTE: Icocult Laguna.