EFE
CARACAS, VENEZUELA.- En un ambiente optimista y bajo fuertes medidas de seguridad, la oposición venezolana presentó ayer para su verificación ante el Poder Electoral 3.4 millones de firmas en apoyo (Reafirmazo) de un referendo revocatorio contra el presidente Hugo Chávez.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) deberá ahora dictaminar si el número de firmas válidas alcanza los 2.4 millones necesarios, un 20 por ciento del electorado, como señala la Constitución para poder convocar el plebiscito contra el polémico Gobernante.
Desde primeras horas de ayer, helicópteros militares, junto a efectivos de la policía y la Guardia Nacional (GN, policía militarizada) escoltaron la caravana opositora que transportó las “250 cajas” de rúbricas, recogidas entre el 28 de noviembre y primero de diciembre pasados.
La alianza opositora Coordinadora Democrática también recolectó en esas fechas firmas contra 36 diputados oficialistas en la Asamblea Nacional (AN), que entregará el próximo martes al CNE.
El Ministerio de Defensa activo el plan de seguridad para la entrega de firmas, luego de que líderes opositores denunciaran un supuesto plan de grupos oficialistas para atacar la caravana de la Coordinadora, lo que el Gobierno ha negado rotundamente.
La expedición motorizada partió a las 06:00 (hora local) de una zona industrial del este de Caracas y llegó, sin incidentes, media hora después a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), en el centro de la capital.
“Y va a caer y va a caer, este Gobierno va a caer”, entonaban con fuerza los voluntarios que cargaron ordenadamente hasta el CNE las cajas con las llamadas “firmas de la esperanza”.
Antes de la entrega, grupos de personas entonaron el himno nacional frente al edificio del Poder electoral, mientras otros alababan y daban vivas a la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela.
El líder opositor y diputado del partido liberal Primero Justicia (PJ), Julio Borges, dijo tras la entrega que “Ya comenzó la Navidad” en Venezuela.
Otro diputado opositor, César Pérez, declaró que las firmas representan las “jornadas democráticas más hermosas” que haya visto el país, y remarcó la “confianza de los venezolanos en la recta conducta” del CNE.
La entrega de las firmas contra Chávez estuvo precedida de una guerra de acusaciones oficialistas y opositoras sobre presuntos “fraudes” y “sabotajes”, que llegó a salpicar al CNE.
En más de una ocasión, la directiva electoral, designada provisionalmente en agosto por el Supremo, se ha visto forzada a exigir a los dos bandos que respeten su “independencia y autonomía”.
Chávez reiteró el jueves que al menos un 30 por ciento de las firmas en su contra son “fraudulentas”, y que el Gobierno está dispuesto a demostrarlo con “pruebas” ante el CNE.
El oficialismo ha instalado 800 centros de recepción de denuncias, distribuidos por las principales plazas públicas de todo el país.
“Nosotros tenemos la impresión de que ha habido un gran fraude, pero no basta con denunciarlo, ahora hay que probarlo”, señaló ayer el vicepresidente, José Vicente Rangel.
La alianza opositora formada por las directivas sindical y patronal, partidos y asociaciones civiles ha negado las acusaciones oficialistas, que atribuyen a la “desesperación del régimen”.
Los partidarios del Gobierno, por su parte, terminaron ayer de consignar ante el CNE los más de 3.7 millones de firmas que aseguran haber recogido, entre 21 de 24 de noviembre pasado, en demanda de referendos revocatorios contra 37 diputados opositores, 17 de ellos tránsfugas del “chavismo”.