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Entregan Nobeles 2003 de Química y Economía

EL PAÍS

MADRID, ESPAÑA.- “Los seres humanos estamos hechos de aproximadamente un 70 por ciento de agua salada. Este año el Premio Nobel de Química galardona a dos científicos cuyos descubrimientos han clarificado cómo los iones de sal y el agua son transportados dentro y fuera de las células del cuerpo”, declara la Real Academia Sueca de ciencias en su comunicado sobre los premiados. “los descubrimientos”, continúa, “nos han aportado una comprensión molecular fundamental acerca de cómo, por ejemplo, recuperan agua los riñones a partir de orina primaria y cómo se generan y propagan las señales eléctricas en nuestras células nerviosas”.

Agre, bioquímico y médico, de 54 años, declaró ayer que posiblemente dedique parte del dinero del premio (1.3 millones de euros que compartirá con MacKinnon) para ayudar en la defensa de las libertades académicas en contra de las restricciones impuestas a los científicos como parte de la lucha de EU contra el terrorismo, informó. “Hay algunos cuestiones sociales que estamos considerando, incluidos los científicos que están siendo perseguidos en todo el mundo y en Estados Unidos”, dijo. Este investigador y profesor de la Universidad John Hopkins de Baltimore, recibió la fantástica noticia a primera hora de la mañana: “estaba en pijama a las 5:30 cuando recibí una llamada de Suecia. No parecía una broma, y la vida está patas arriba desde entonces. La gente ha estado sirviendo champagne en nuestra cocina desde las seis de la mañana, pero no pienso beber nada hasta esta noche”.

MacKinnon, también bioquímico y médico, de 47 años, es un científico de vocación tardía y fueron precisamente los canales iónicos el tirón que motivó su cambio de orientación cuanto trabajaba como médico. “Mi carrera científica empezó a la edad de 30 años”, explica. En abril de 1998 anunció a la comunidad científica internacional que había logrado develar la estructura a nivel atómico de un canal de potasio, lo que permitía abordar su funcionamiento. La cuestión es de una importancia difícil de sobreestimar, ya que los canales iónicos (de sodio y de potasio principalmente) son la clave de las señales eléctricas que recorren el organismo, de célula en célula.

El problema era explicar, además, por qué los canales (poros) de la membrana que envuelve a la célula son selectivos, ya que por unos pasan los iones de potasio, por otros los de sodio, otros sin conductos de agua... Y la respuesta es que en esos poros hay filtros muy selectivos que MacKinnon logró develar. También hay sensores moleculares específicos para abrir y cerrar los poros. A partir de aquí los científicos pueden comprender la comunicación molecular entre las células y las cascadas de reacciones químicas que controlan las funciones del organismo, incluida la actividad de las neuronas.

El hallazgo de MacKinnoc y los canales del agua de Agre, abrieron todo un nuevo mundo de conocimiento en la bioquímica y la biología. También los poros por los que entra y sale el agua de las células tienen que ser selectivos y de su formación se encarga una proteína, las aquoporinas descubiertas por Agre, que en realidad forman toda una familia y han sido identificadas también en bacterias y plantas.

Galardones de Economía

Los economistas Robert F. Engle, estadounidense, y Clive W.

J.Granger, británico, fueron galardonados el miércoles con el Premio Nobel de Economía 2003 por desarrollar métodos de análisis de series temporales (seguimiento de la evolución del PIB, de los precios, la cotización de acciones o los tipos de interés) que permiten un mejor estudio de los riesgos en las economías y, sobre todo, en los mercados financieros.

Como el año anterior, el Nobel de Economía, recayó en científicos que han dedicado su trabajo a demostrar con fórmulas teóricas comportamientos de la realidad económica. La Academia sueca de las Ciencias destacó que los trabajos de ambos investigadores han permitido avances notables en la teoría económica, que se basa en las series temporales, es decir, series cronológicas de datos que permiten ver las relaciones y evoluciones y comprobar las hipótesis teóricas.

Las series sirven para hacer un seguimiento de datos, como puede ser la evolución de los precios, de los tipos de interés, del crecimiento económico o de los mercados bursátiles teniendo en cuenta la volatilidad. Ya desde los ochenta, los dos científicos desarrollaron métodos estadísticos que sirven para poder utilizar mejor dos características centrales de muchas series temporales: la volatilidad variable en el tiempo, y la llamada “no estacionalidad”. Hasta ese momento la estadística utilizaba métodos menos exactos, pues analizaban los datos desde la perspectiva de una volatilidad constante, es decir, que no tenían en cuenta que esos cambios casuales pueden variar en el tiempo, algo de especial importancia a la hora de evaluar los riesgos en los mercados bursátiles.

Gracias al trabajo de los premiados, es posible, por ejemplo, integrar dentro de una serie temporal (pongamos de la evolución del índice general de la Bolsa de Madrid) las oscilaciones casuales, a veces más fuertes y otras veces moderados, registradas en ese parqué.

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