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La Habana, Cuba.- El enviado del Papa Juan Pablo II a Cuba, el cardenal Crescenzio Sepe, abogó ayer aquí por la paz en el mundo ante una eventual guerra en Iraq y proclamó que la Iglesia Católica de Cuba ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad.
El cardenal Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblo de la Santa Sede, indicó ayer que la Iglesia quiere seguir ofreciendo su contribución evangelizadora a los más de 11 millones de habitantes de la isla.
“Como dijo el Papa en su visita a la isla (en enero de 1998), desea tener el espacio necesario para que todos vivan con la misión y enseñanza de Jesucristo”, aseguró el religioso en una homilía en la Catedral de La Habana.
El dignatario de la Santa Sede presidió una misa con motivo de la inauguración este día de la Orden Católica del Santísimo Salvador de Santa Brígida, congregación religiosa femenina originada en Suecia en el siglo XIV que presta servicios en numerosos países.
En un hecho inusual, el programa vespertino de la apertura de esta casa religiosa, en el centro histórico de la capital, incluyó la presencia y un discurso del presidente cubano Fidel Castro, así como su transmisión en cadena nacional por radio y televisión.
La misa que antecedió a la inauguración fue concelebrada por el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara, México; Luis Morales Reyes, arzobispo del Estado mexicano de San Luis Potosí, y el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana.
También concelebró el obispo mexicano Luis Robels, Nuncio Apostólico en Cuba, y estuvo la Madre Tekla Famiglietti, Abadesa General de la Orden de la Brigidinas; la Jefa de Atención a Asuntos Religiosos del gobernante Partido Comunista, Caridad Diego Bello.
El cardenal Sepe saludó la reciente carta pastoral del cardenal Ortega “No hay Patria sin virtud”, por el 150 aniversario de la muerte del Siervo de Dios Félix Varela, en que hizo duros cuestionamientos a la crisis económica, política y social de la isla.
Sepe apuntó que en este momento “de angustia de la humanidad, el Papa eleva su voz profética por encima de intereses económicos y nacionales y llama a los hombres de buena voluntad a ser centinelas de la paz”.
El cardenal Ortega leyó una carta de Juan Pablo II en que bendice la inauguración del nuevo convento femenino y recordó que ayer a cinco años de su visita, “tiene plena vigencia” su exhortación a “remar hacia adentro” en los valores de la fe cristiana.
Dijo que la unidad de la Iglesia católica en Cuba “ha hecho posible que se mantenga activa en servicio del señor, aún en los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir”, lo que fue aplaudido por los asistentes, entre ellos miembros del cuerpo diplomático.
El cardenal mexicano Sandoval dijo a periodistas que fue invitado por el gobernante cubano y apuntó que la apertura de la casa religiosa “es un gesto que va en la línea de lo que pidió el Papa de apertura para que también haya apertura de afuera hacia Cuba”.
Sandoval declinó opinar “si el gobierno de Fidel Castro se ha abierto lo suficiente, solo sé que esto es un gesto de apertura”, y evitó “compartir o combatir” la carta pastoral de Ortega porque ese es “un asunto propio de la Iglesia (cubana) que ellos deben juzgar”.
Uno de los asistentes, el líder opositor Oswaldo Payá, gestor del Proyecto Varela para cambios pacíficos democráticos en la isla, opinó que “es no es una apertura, sino un evento”, y dijo que “seguimos reclamando libertad para la iglesia y todos los cubanos”.
La casa de las brigidinas se suma a las 30 congregaciones religiosas en Cuba, como las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcula; las Teresianas, Carmelitas Misioneras, Cleretianas, Hermanas de la Pasión y Hermanas del Sagrado Corazón.