Reuters
CAMBERRA, AUSTRALIA.- La agencia espacial estadounidense comenzó la cuenta regresiva para el lanzamiento de dos exploradores robóticos en una misión para descubrir si hay, o hubo alguna vez, vida en Marte.
Charles Elachi, director del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Dirección Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), dijo que se estaban llevando a cabo los preparativos finales con un explorador que llegará a Cabo Cañaveral esta semana.
El segundo vehículo está programado a llegar en las próximas tres semanas.
Según Elachi, se prevé que los exploradores, que tienen el tamaño de un escritorio de oficina, sean lanzados al espacio el 30 de mayo y el 25 de junio, adosados a dos cohetes para caer en paracaídas sobre la superficie de Marte en enero, en un aterrizaje amortiguado con bolsa de aire.
El funcionario de la NASA dijo que había un gran interés en este lanzamiento tras los recientes indicios de que podría haber agua helada en el Planeta Rojo.
El interés habría crecido también tras la pérdida en 1999 de dos misiones robóticas a Marte —un explorador y una nave orbital— por un valor de 290 millones de dólares.
Las misiones a Marte sólo pueden realizarse cada dos años cuando los planetas están correctamente alineados.
El agua líquida es algo que se considera esencial para la existencia de una forma de vida similar a la de la Tierra en un planeta y el agua helada bajo el suelo puede ayudar a mostrar cómo se desarrolló Marte.
“El interés en Marte ha crecido realmente desde los indicios de agua que han vuelto a plantear la cuestión sobre si se ha desarrollado vida allí”, dijo Elachi en una entrevista mientras se encontraba en Australia para visitar una de las tres estaciones de rastreo con las que cuenta la misión.
Elachi señaló que las exploraciones robóticas de la NASA, que son dirigidas por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de Pasadena, no se habían visto afectadas por la tragedia este mes del transbordador Columbia.
Agregó que se habían empleado tres años de trabajo para la más reciente misión a Marte con un coste de 800 millones de dólares y los científicos esperaban repetir el éxito de la misión a Marte del Pathfinder en 1997, que consiguió poner por primera vez un vehículo en la superficie del planeta.
Los nuevos exploradores pueden recorrer una distancia mayor que el Pathfinder, hasta un kilómetro, para recoger información sobre rocas y la humedad de la superficie del planeta, y después transmitirla directamente a tres centros situados en tres partes distintas del mundo: California, en Estados Unidos; Tidbinbilla, cerca de la capital australiana de Camberra, y Madrid.
Cada vehículo está equipado con una cámara estereoscópica montada con un ángulo de visión de 360 grados para captar imágenes del frío terreno rocoso.
Además posee un brazo robótico que puede colocar instrumentos contra las rocas y el terreno.