Durango

Erráticas estadísticas de violencia familiar

Antes de establecer una relación formal hay que conocer antecedentes de la pareja; conducta violenta puede ser hereditaria

Víctima de la violencia intrafamiliar y de las agresiones masculinas dentro de la figura conyugal o de pareja, Adriana Nevárez (nombre ficticio) es una de las mujeres que en Durango forma parte ya de las estadísticas que sí lograron denunciar y de las que las instituciones encargadas de la defensa de la mujer pueden conocer.

Adriana tuvo que tomar una determinación hace apenas unos meses. Relata que tras años de agresiones psicológicas, físicas y humillaciones, la relación con su esposo, Hermenegildo Ramos, de 33 años, se fue deteriorando.

La primera de las golpizas que recibió hace unos dos años casi la deja inconsciente. Los gritos de sus hijos que se encontraban dormidos provocaron que Hermenegildo recapacitara, a pesar del estado etílico en el que se encontraba. Los sentimientos de culpa empezaron a surgir en el consciente y trató de remediar lo que había hecho. Le pidió perdón, la trató bien, le juró que no volvería a suceder, le dio más dinero por una temporada y Adriana, por sus hijos, trató de darle otra oportunidad.

Esa agresión de la que fue víctima la describe: “me dio unas cachetadas, con el puño me pegó en la mejilla, me aflojó las muelas, me aventó y me pegué en la cabeza; en el suelo me azotaba y azotaba contra el piso”

Las últimas lesiones fueron de columna, por algunas patadas que le dio en la espalda; una vez en el piso, le pegó con el puño y también la arrastró, tomando como punto de partida los cabellos. “Casi me mata, tenía mucha fuerza”, comenta. “Yo ya tenía unos seis meses con insomnio”, explica.

En ninguna de las ocasiones denunció los hechos, nunca pidió ayuda y ahora que ha sido apartada de sus dos hijos, uno de siete y otro de nueve años, decidió pedir auxilio. Está en promoción de divorcio y prácticamente fue echada de su casa.

Las estadísticas

El Instituto Nacional de las Mujeres en México estima que las estadísticas de la violencia contra la mujer no son tan confiables, pues hay más de la mitad de ellas que no denuncian. La mujer tarda en promedio entre siete y ocho años en denunciar que es violentada en distintas formas. En la mayoría de ellas se toma conocimiento cuando la mujer ha llegado a los límites de su propia tolerancia o bien cuando ha sido golpeada brutalmente.

La Organización Mundial de la Salud indica que los principales agresores de las mujeres son sus esposos, parejas sentimentales o quienes mantienen vínculos interpersonales con las mujeres; esta institución también determina que a nivel mundial estas agresiones son la causa del 40 a 70 por ciento de las muertes en mujeres.

La Organización Mundial de la Salud establece un panorama de tortura continua que se prolonga, según el conocimiento clínico acumulado, entre cinco y siete años para la media de las mujeres agredidas por hombres, que en grandes proporciones acaba en una mujer asesinada. Muchos de los casos se dan cuando la mujer trata de separarse de la pareja agresora.

Según los datos nacionales de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), una de cada cuatro mujeres ha sido maltratada en alguna de las modalidades, que pueden definirse entre físicas, sexuales, psicológicas o emocionales, económicas y en la misma pareja.

En Durango se estima que el 75 por ciento de los casos de maltrato global se registra en el seno del hogar, mientras que el resto puede llevarse a cabo en otros ambientes, como es el laboral.

El Instituto de la Mujer Duranguense da prioridad a los programas de equidad de género y ha explicado, a través de su titular, Silvia Casas Nevárez, que la violencia puede generarse en distintas formas y estilos, muchos sutiles, que pueden formar una costumbre dentro de la cultura latinoamericana, entre la relación del hombre y la mujer, ya que “esta sociedad ha sido construida a través de la figura masculina”.

Círculo de la violencia

Las mujeres tardan en identificar el círculo de la violencia y el maltrato por el panorama cultural en el que se desarrollan. Generalmente en la etapa de noviazgo o de conocimiento de la pareja, el varón puede mostrar actitudes posesivas, destructivas, e incluso, a veces puede revelarse como una persona “buena y servicial”.

Aunque los especialistas en psicología establecen que las relaciones violentas se generan tras la repetición de patrones de educación familiar, tanto en quien recibe las agresiones como en el que las da, generalmente estas condiciones se ignoran entre los seres humanos ante el escaso conocimiento del tema.

Los hombres pueden mostrarse violentos física, sexual o emocionalmente cuando están en el matrimonio, y suelen manifestarse en tres fases: tensión, agresión y conciliación, arrepentimiento o “luna de miel”, la más peligrosa.

En la primera pueden detectarse algunos actos violentos que son minimizados por quien los recibe y el agresor no llega a los extremos; la segunda fase es cuando el que acomete descarga su tensión con agresiones de los tipos antes mencionados.

En la última fase, el agresor se arrepiente, pide perdón y jura que no volverá a suceder. La mujer confía en que puede cambiar, pero esto no ocurre y son las etapas en las que mayor peligro se puede vivir.

Las soluciones

Si una mujer se encuentra dentro del círculo de la violencia y no ha podido romperlo, lo primero que recomienda el Instituto de la Mujer Duranguense es identificarlo y tener la disposición de salir de la situación.

Si ha sido lesionada, debe acudir a denunciar de inmediato a la Dirección de Averiguaciones Previas, o bien ante la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia del DIF Estatal o Municipal. Si existe otro tipo de violencia, como la económica, sexual, emocional, etcétera, también puede investigarse.

El Instituto de la Mujer Duranguense afirma que en la fase de noviazgo es posible conocer a fondo a la pareja.

Si los especialistas en psicología determinan que los agresores buscan a víctimas, para repetir sus patrones en forma posterior, será importante investigar la niñez y el crecimiento del que fue objeto la pareja o novio. De esta forma pueden identificarse los posibles problemas que intentarían repetirse en las relaciones.

Falta penalidad en Durango

Catorce años a los culpables de violación conyugal.

· En 1997, la Cámara de Diputados federal aprobó la Ley de Violencia Intrafamiliar.

· Establece 14 años de prisión para quien abuse sexualmente de su esposa.

· En Durango no se ha tipificado la violencia intrafamiliar como delito.

· Requieren apartados que especifiquen y argumenten los tipos de violencia a los que puede ser sujeto un agresor hacia una mujer.

· Dependencias involucradas en la defensa de los derechos de la mujer y la familia trabajan en una iniciativa para la modificación del Código Penal estatal.

PELIGRO

Pocas denuncias

Hogares con tipo de violencia según sexo del jefe que proporciona un muestreo de la violencia intrafamiliar en los hogares mexicanos, aunque se estima que más de la mitad de los asuntos no se denuncian.

Tipo de violencia Hombres Mujeres

Emocional Un millón 100 mil 200 mil

Intimidación 190 mil 20 mil

Física 100 mil 30 mil

Sexual 10 mil --------

Fuente. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Violencia Intrafamiliar, Encuesta 1999, realizada en la zona metropolitana de la Ciudad de México.

DAÑO A LA FAMILIA

Diversos tipos de agresión

Caso de violencia psicológica y económica

En el caso de Andrea Villarreal, de 47 años de edad

· Conoció al que todavía hoy es su marido como una persona “buena y servicial”.

· Tiene dos hijos de 17 y 12 años.

· A sus hijos los manipula con violencia y chantaje, con mayor incidencia en el varón.

· Él mantenía una relación amorosa con otra mujer desde el noviazgo y pidió perdón.

· Ella le dio otra oportunidad.

· Al casarse con su marido, Ricardo Contreras, éste comienza a cambiar.

· Llega a controlar todos los ingresos de Andrea.

· Ricardo aporta lo mínimo para el hogar.

· Hasta la fecha continúa con la relación amorosa con la que en el noviazgo fue motivo de alguna discusión.

· Hoy se encuentra bajo proceso de divorcio.

Fuente: Investigación de El Siglo de Durango.

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