El gobierno municipal reconoce que la venta ?callejera? de alimentos, a pesar de los controles que se aplican para evitar su proliferación, en los dos últimos años ha crecido en un diez por ciento, y se ha convertido en un problema social que afecta a otros sectores de la sociedad, con repercusiones económicas, de salud y hasta de imagen urbana, pero que por originarse en el desempleo plantea a las autoridades la disyuntiva de coadyuvar a disminuir o agrandar los índices de desocupación.
El Siglo de Durango publicó en su edición de ayer la postura de la Cámara de la Industria Restaurantera de la ciudad, durante una reunión que sostuvieron sus representantes con funcionarios del gobierno municipal, así como regidores. Ahí, los empresarios denunciaron el crecimiento del expendio informal de alimentos y la competencia desleal que representa para los establecidos, además de las condiciones de higiene y sanidad, También solicitaron un combate frontal al comercio clandestino de bebidas embriagantes y mayor flexibilidad en los horarios para quienes pagan sus impuestos y tienen permiso oficial para vender vinos y cerveza.
Al ser cuestionado al respecto, Héctor Partida Romero, jefe de Inspección Municipal, quien estuvo presente en la reunión con la Canirac, afirmó que hay un estricto control en la vendimia de alimentos en la calle, tanto en la emisión de los permisos que autoriza la Comisión de Actividades Económicas, como en la supervisión constante para que cumplan con las medidas de higiene y ubicación. De no cumplirse con los requisitos, se les retira de la vía pública o se les reubica.
Afirmó que en el Centro Histórico operan alrededor de 100 puestos en la vía pública que expenden todo tipo de alimentos, desde tacos, burros, gorditas, tortas, hasta mariscos y elaborados. Y tal cantidad es la misma que se encontró cuando inició la actual administración municipal. Enfatizó que el crecimiento del diez por ciento es fuera de tal superficie.
Dijo que es muy difícil para las autoridades municipales negar el permiso para venta de alimentos en la calle a personas que argumentan estar desempleadas, sobre todo cuando cumplen con las reglas de vialidad, sanidad e higiene. Sin embargo, hay una inspección estricta para que se respeten las normas.
Señaló que, efectivamente, hay ?focos rojos? en lugares puntuales que representan problemas de vialidad, tanto vehicular como peatonal, y que ya se atiende la situación para tratar de encontrar una solución que no evite el comercio, pero que sí se impongan controles. Casos específicos el del Palacio Federal, de la Plazuela Baca Ortiz, fuera de la clínica del Seguro Social, entre otros.
Argumentó que la reunión con los empresarios de restaurantes no fue para denunciar la situación, sino para reconocer que el problema existe, y que es necesaria la concurrencia de todos para resolverlo de manera equilibrada. Y lo mismo sucede con lo que se refiere al clandestinaje en la venta de bebidas embriagantes.
Afirmó que los empresarios se reunirán en fecha próxima con representantes de Seguridad Municipal y la Policía Ministerial, a fin de solicitar que estas corporaciones coadyuven con las acciones de combate a la venta clandestina de embriagantes.
Regulación
Salud municipal
La dirección de Servicios Coordinados de Salud Pública informó que es facultad y responsabilidad de su similar del gobierno municipal la regulación sanitaria en la venta de alimentos en la vía pública, y vigilar que se cumpla con la normatividad al respecto.
Mientras que la Secretaría de Salud lo hace con las empresas establecidas que se dedican a la venta de alimentos, la instancia municipal autoriza o rechaza el comercio informal en la vía pública, de acuerdo con requisitos que deben cumplirse para preservar la salud de los consumidores.