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Es la economía

Sergio Sarmiento

“Mueve más a la gente la economía que la moral”. Norah Phillips

“¡Es la economía, estúpido!” Ésta es la conclusión de Mary Anastasia O’Grady, la editora de la sección Américas del Wall Street Journal, sobre la derrota de Vicente Fox y el PAN en las elecciones federales del pasado seis de julio.

La frase fue el lema con el cual Bill Clinton concentró su atención en un solo tema de campaña en las elecciones presidenciales estadounidenses de 1992. Cada vez que los debates empezaban a desviarse a otros asuntos, el cartel le recordaba la necesidad de concentrarse en el tema económico. Al final la estrategia le permitió arrancarle la presidencia a George Bush padre.

Esta concentración, sin embargo, está ausente del gobierno de Vicente Fox. En contraste con las esperanzas generadas por la elección del 2000, la primera en la que triunfó un candidato de oposición, la economía mexicana está teniendo, en las palabras de O’Grady, un desempeño decepcionante “tanto en comparación con su potencial como de las necesidades de su población”... Si no fuera por las remesas que millones de emigrantes envían desde Estados Unidos, las familias mexicanas estarían en una situación mucho peor.”

La economía mexicana, después de crecer siete por ciento en el último año de gobierno de Ernesto Zedillo, ha permanecido estancada durante dos años y medio. El gobierno de Fox le ha echado la culpa a las condiciones internacionales. Y es una buena excusa, sólo que otros países, como China y Corea del Sur, siguen avanzando a pesar de la desaceleración mundial.

Lo peor de todo es que la recuperación mexicana no parece surgir por ningún lado a pesar de las constantes predicciones de que se encuentra ya a la vuelta de la esquina. Todavía este pasado mes de mayo la producción industrial cayó 2.3 por ciento en términos reales sobre los ya disminuidos niveles de mayo del 2002.

De poco sirve que el presidente Fox pretenda que él no tiene ninguna responsabilidad en la derrota del PAN del seis de julio. Ningún gobierno puede aspirar a la victoria electoral si la economía no tiene un buen desempeño. Quizá los mexicanos discutan con el corazón; pero votan con el bolsillo.

¿Quién es responsable de que la economía mexicana haya permanecido estancada en los últimos dos años y medio? Ciertamente la debilidad de la economía estadounidense es un factor importante. Cuando la Unión Americana se resfría, el resto del mundo pesca neumonía.

Pero otros países del mundo han sabido sobreponerse a la debilidad de la economía estadounidense. Lo han hecho a través de reformas estructurales, de medidas destinadas a darle a sus industrias una mayor competitividad, de acciones destinadas a promover la inversión y el desarrollo del mercado interno.

Nosotros, en cambio, seguimos perdiendo oportunidades importantes. Algunas son consecuencia de un Congreso que se ha negado a modificar las leyes para facilitar la inversión. Está ahí el caso de la electricidad, que sigue formalmente vedada a la inversión privada a pesar de lo necesario que es para nuestro país tener más y mejor electricidad. Mientras en México seguimos discutiendo la apertura eléctrica, China ya la ha abierto y, lógicamente, se está llevando las inversiones. En otros casos ha faltado vigor de la autoridad para enfrentar a los grupos de intereses especiales que se oponen a la inversión productiva. Están ahí el ejemplo del aeropuerto de Texcoco, en el que un puñado de manifestantes con machetes pudo detener una inversión crucial para el país.

Quizá el Congreso ha puesto obstáculos a las reformas, pero mucha de la culpa recae en el propio presidente Fox. Un ejemplo claro es la reforma fiscal. La propuesta presidencial era bastante decepcionante: simplemente buscaba cobrarle un IVA de 15 por ciento a los productos actualmente exentos o que pagan tasa cero. Se mantenía, sin embargo, nuestro actual sistema fiscal complejo y poco competitivo. Ante la falta de una propuesta más sensata, el Congreso hizo gala de ignorancia y aprobó unas reformas todavía peores que las del Presidente.

Claro que no toda la culpa es de Fox, pero el hecho es que, en lugar de reformas a fondo, del impulso a nuevas inversiones, nuestro país ha flotado en la indiferencia durante dos años y medio. Y ello explica el estancamiento.

“¡Es la economía, estúpido!” debió haber sido el tema obsesivo para Fox y para el PAN en este 2003. México necesita reformas estructurales para superar la pobreza, pero nadie las ofreció en campaña. Que no nos sorprenda que los electores hayan decidido ausentarse de las urnas.

Votación

Es sano que en el PRI se esté sometiendo a votación quién será el coordinador de los diputados en la próxima legislatura. Lo importante será que el perdedor no socave al ganador.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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