Reuters
Milán, Italia.- El escándalo financiero por 4,000 millones de euros del gigante italiano Parmalat se amplió ayer cuando el fundador del grupo alimentario y dos ex responsables financieros se convirtieron en objeto de una investigación judicial.
Al mismo tiempo, el nuevo presidente y presidente ejecutivo de Parmalat, Enrico Bondi, consideraba la opción de declarar a la compañía en bancarrota mientras los políticos italianos se planteaban la posibilidad de rescatar al octavo grupo industrial del país, dentro de un caso que muchos ya llaman ?el Enron europeo?.
Tras la impactante confesión, el viernes pasado, de un enorme agujero contable en el grupo, que según algunos medios sería de hasta 10,000 millones de euros, una fuente judicial dijo ayer que el fundador de Parmalat, Calisto Tanzi, es investigado, sólo una semana después de su renuncia como jefe de la empresa.
Los fiscales también mencionaron a dos ex directores financieros, Alberto Ferraris y Luciano del Soldato, en la investigación sobre posible falsa contabilidad, fraude y manipulación del mercado en el mayor grupo alimentario de Italia, dijeron fuentes judiciales.
Parmalat, que tiene 35,000 empleados en 30 países, dejó boquiabiertos a los mercados el viernes cuando anunció que el Bank of America declaró falso un documento que acreditaba que la filial del grupo en las Islas Caimán, Bonlat Financing Corp., tenía 3,950 millones de euros.
Manteniéndolo a flote
El ministro de Agricultura italiano, Gianni Alemano, dijo que propondría la creación de un grupo interministerial para encontrar vías de ayuda a Parmalat.
El grupo debe a los granjeros lácteos italianos un total de unos 120 millones de euros (unos 149 millones de dólares) y no ha pagado sus abastecimientos de leche desde agosto, según el grupo de lecheros Confagricoltura.
El bono denominado en euros de Parmalat con una tasa de 6,125 por ciento, se negoció ayer a alrededor de un 25 por ciento de su valor nominal, según varios operadores, tras haber caído hasta un 20 por ciento previamente.