27 agosto 2003
MADRID, (AP).- Un juez español que busca enjuiciar a un ex militar argentino por supuestas violaciones a los derechos humanos concluyó el miércoles su investigación, después de escuchar el testimonio de siete personas que dijeron haber sido torturadas durante la pasada dictadura.
Carlos Lordkipanidse, de 51 años, dijo que se encontró con el ex marino Ricardo Manuel Cavallo la primera noche que fue torturado en Buenos Aires, en 1978.
Manifestó que vio y escuchó cómo Cavallo participó en numerosas sesiones de tortura.
Lordkipanidse explicó que algunas noches después, los militares colocaron sobre su pecho a su pequeño hijo Rodolfo de 20 días, mientras le aplicaban sobre su cuerpo corriente eléctrica que el bebé también sintió. Su hijo vive ahora en Suecia y goza de buena salud, expresó.
Lordkipanidse fue uno de los cuatro testigos que declararon el martes ante el juez Baltazar Garzón. Otros tres lo hicieron el miércoles.
Cavallo podría ser enjuiciado en España a partir del año próximo, si el gobierno no lo repatría a Argentina, donde el Congreso anuló las leyes que beneficiaban a los militares acusados de violaciones de derechos humanos durante el régimen de 1976-83 y les impedían ser juzgados en su propio país.
La legislación española permite juzgar a personas sospechosas de haber cometido crímenes de lesa humanidad, aún si las atrocidades ocurrieron en el extranjero.
Cinco de los siete testigos que declararon ante Garzón permanecieron capturados en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), el más temido centro clandestino de detenciones y torturas durante la dictadura militar argentina.
Se cree que unas 5.000 personas murieron allí, y Cavallo habría desempeñado un papel clave en ese centro.
El ex marino fue extraditado desde México en junio del 2002. Había permanecido en ese país ocultándose con otro nombre, pero víctimas de torturas que viven en México lo identificaron e informaron sobre su presencia a la policía.
De acuerdo con un informe oficial, al menos 9.000 personas murieron durante la denominada "guerra sucia", en su mayor parte disidentes o militantes de izquierda. Pero las organizaciones de derechos humanos elevan esa cifra a 30.000. Garzón ha acusado a Cavallo de genocidio y terrorismo.
Sus víctimas también lo acusan de haberles robado dinero para luego utilizarlo en una red de negocios en América Latina. El ex militar permanece en una prisión de alta seguridad en las afueras de Madrid.
"Cavallo estaba completamente comprometido con el proyecto de exterminación que hizo parte de su proyecto de vida", expresó con lágrimas en los ojos Ana María Testa, una de las tres mujeres que testificó el miércoles. Testa fue secuestrada a los 25 años y permaneció seis meses en la ESMA.