Torreón, Coah.- Los rezos de Leticia fueron escuchados. El lunes por la noche las autoridades del Centro de Readaptación Social (Cereso) le otorgaron su libertad, la razón: la gravedad de su enfermedad.
Después de nueve años de estar en prisión, Leticia Rueda Rodríguez alcanzó su libertad. Ese Dios al que todas las mañanas y noches le reza, escuchó sus súplicas y ahora deberá enfrentar su enfermedad lejos de la prisión.
En la entrevista que Leticia concedió a El Siglo de Torreón unas horas antes de conocer que saldría libre, habló acerca de su fe en Dios, de cómo sus rezos le daban fortaleza y su única petición era poder estar cerca de su hija antes de morir. Ahora podrá luchar por superar su enfermedad junto a ella.
Ayer Leticia se comunicó a El Siglo de Torreón para informar que una horas después de entrevistarla, llegó la autorización de México para dejarla en libertad. Las autoridades del Cereso de Torreón en varias ocasiones dudaron que el consejo aceptaría su solicitud.
La petición de su libertad se hizo hace casi cinco meses en México en una junta de consejo donde consideran si es prudente o no la liberación de ciertas personas con determinado tipo de enfermedad.
Las autoridades del Cereso, dijo, mandaron toda la papelería y expediente a México. El lunes por la tarde llegó el oficio donde autorizaban su libertad y ese mismo día por la noche salió de prisión.
Leticia fue informada sobre su libertad al regresar de la Clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social, ahí había pasado seis horas en una transfusión de sangre, cuando se enteró gritó de alegría y no paraba de llorar, pensó que se iba a desmayar.
Los muchachos de enfermería y sus compañeros de prisión se organizaron rápidamente para despedirse de ella, estaban muy contentos. Ahora vivirá en la colonia Nueva Aurora, pues debe seguir con su tratamiento en la Clínica 71, después buscará a su hija.