TORREÓN, COAH.- Tras haberse realizado la exhumación del cadáver del pequeño Bryan Eduardo Rodríguez Castillo, el pasado 12 de septiembre del año en curso y que falleciera por una presunta negligencia médica luego de ser atendido en el Hospital Infantil, el agente del Ministerio Público encargado de la investigación, aun no cuenta con los resultados de la necropsia para integrar la averiguación correspondiente.
Fernando Ruiz Castañeda, funcionario de dicha representación social, manifestó que están por realizarse los estudios histopatológicos y químicos para determinar la causa real de la muerte del infante que ocurrió el ocho de septiembre, o bien corroborar que fue por un choque séptico, como se asegura en el acta de defunción expedida por el médico tratante.
Según el expediente del caso, recordó el agente del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, mesa dos, Coordinación B, fue el pasado tres de septiembre de 2003, cuando aproximadamente a las 00:30 horas, Olga Lidia Rodríguez Castillo, de 21 años de edad, domiciliada en calle Enriqueta Ochoa No. 56 de la colonia Plan de San Luis, acudió a la sala de Urgencias del Hospital Infantil a solicitar atención médica para su hijo Bryan Eduardo, de un año y 11 meses de edad.
El menor tenía signos de deshidratación, no aceptaba ningún tipo de alimento y por momentos se le llegó a desvanecer, por lo que sin pensarlo mucho, optó por llevarlo con el doctor.
Tras ser recibido en la mencionada área hospitalaria, tiempo después un médico le comunicó que era necesario que el pequeño se quedara internado para su tratamiento, que consistiría en rehidratarlo y además atacar la infección que lo aquejaba.
Durante los siguientes días el infante permaneció con suero y nadie le dijo nada a la angustiada madre sobre la evolución de su salud, por lo que no podía ni dormir con tan sólo pensar que fuera a pasar algo grave.
El lunes ocho se septiembre, el médico tratante le preguntó a Olga Lidia que si estaría dispuesta a donar los órganos de su hijo y a continuación agregó que esta pregunta se la tenemos que hacer a todos.
Horas más tarde, el mismo médico me anunció que Bryan Eduardo tenía muerte cerebral y ya no se podía hacer nada al respecto. En ocho o diez días se esperan los resultados obtenidos por el médico patólogo de apellido Rosales Morán.
Mal trato
Olga Lidia Rodríguez Castillo, denunció ante los diferentes medios de comunicación el mal trato que recibió del agente del Ministerio Público, Fernando Ruiz Castañeda, además que exteriorizó su desconfianza porque en su primer entrevista la actitud del funcionario se evidenció parcializada hacia los médicos del Hospital Infantil.
La mujer manifestó que el citado funcionario se encargó de “justificar” el que su bebé llevara los ojos vendados, pues “como le pusieron un líquido, si le da la luz del sol se le pueden llegar a ulcerar. Pero esto es normal, no tiene por qué pensar mal”, lo que evidentemente me hizo sentir desprotegida, aseguró.
“Hasta el momento nadie me quita la idea de que algo le hicieron a los ojitos de mi hijo, pues nadie me ha dado una explicación que satisfaga todas mis dudas”, dijo Olga Lidia.
“Que intervenga PGR”
José Gerardo Reyes Rodríguez, representante legal de Olga Lidia Rodríguez Castillo, informó que solicitará la intervención de la Procuraduría General de la República (PGR), a fin de que tome conocimiento del caso así como del recién nacido José Benito Batres Vázquez, fallecido en el mismo nosocomio en extrañas circunstancias, según lo manifestado por su madre, Éricka Vázquez Barajas.
A decir del abogado penalista, no le queda claro que el agente del Ministerio Público, Fernando Ruiz Castañeda, asegure que los globos oculares del pequeño Bryan Eduardo estuvieran intactos, pues en ningún momento mencionó el nombre del oftalmólogo forense que lo haya certificado.
Asimismo, Reyes Rodríguez aseveró que pedirá a la dependencia federal la realización de los estudios histopatológicos y oftalmológicos correspondientes, ya que en su opinión y por el raro comportamiento del funcionario de la Procuraduría General de Justicia del Estado, dicha instancia no le inspira confianza.