MEXICO, D.F. (SUN-AEE).- Seguramente, mucha gente recuerda la película "Mente brillante", que narra la verdadera y prodigiosa historia de George Nash, un genio que ganó el Premio Nobel de Economía y era un esquizofrénico. Con esta cinta la enfermedad se hizo famosa, pero en contrasentido trata de un padecimiento que todavía es parte de los secretos sociales.
Como muestra un botón: la psiquiatra Elizabeth Brunner cuenta que un tercio de los mexicanos afectado por la esquizofrenia no sabe que padece y, por tanto, no recibe tratamiento, lo cual hace más difícil su integración social. Esto porque hay familias que todavía piensan que sus seres queridos están condenados al encierro o a la segregación social, y prefieren hacerse cargo de ellos, aún cuando sufran sin el auxilio médico.
La doctora comenta que en México, aproximadamente, uno de cada 100 habitantes mayores de 18 años sufre de este trastorno mental, considerado un problema de salud pública, por lo cual es de fundamental importancia la administración de un tratamiento farmacológico permanente para las víctimas, que permita controlar los devastadores síntomas de la enfermedad.
Brunner, especialista en psiquiatría, deja en claro que la esquizofrenia "es una dolencia con un tremendo impacto familiar, en la que los afectados presentan una conducta anómala, que dura más de un mes sin interrupción y que se caracteriza por la distorsión de la percepción, del pensamiento y de las emociones, provocando alucinaciones, delirios, creencias falsas y, por ende, alteraciones en el funcionamiento social y laboral".
Brunner dijo que la medicina moderna cuanta ya con fármacos capaces de reducir en forma significativa los síntomas de la enfermedad, como es el caso de Zyprexa (olanzapina). El futuro de los tratamientos para la esquizofrenia está en los medicamentos antipsicóticos denominados de "segunda generación", los cuales tienen pocos efectos secundarios y controlan tanto los síntomas positivos (alucinaciones, ideas delirantes) como los negativos (apatía, aislamiento social), subraya.
La olanzapina es el primero de la nueva generación de medicamentos antipsicóticos en ser aprobado para el tratamiento de la esquizofrenia, que no ocasiona efectos secundarios, o extrapiramidales, como rigidez facial y corporal, babeo constante o problemas de memoria y rapidez mental.