Reuters
CARACAS, VENEZUELA.- Un presunto artefacto explosivo estalló ayer a pocas cuadras de una concentración política a la que asistía el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dejando un muerto y 15 heridos, dijeron las autoridades.
La explosión ocurrió en la puerta de una estación del tren subterráneo de Caracas, mientras Chávez se dirigía a la tarima ante cientos de miles de seguidores que marcharon en apoyo a su gobierno, asediado por un paro opositor de 53 días.
Hay “un solo muerto y 15 heridos” por fragmentos y esquirlas lanzados por la explosión, dijo el comandante del cuerpo de Bomberos de Caracas, Rodolfo Briseño.
La mayoría de los afectados por la explosión, ocurrida sobre la avenida México, presentan heridas leves o moderadas y muchos ya fueron dados de alta, agregó.
Imágenes televisivas mostraron al muerto con múltiples heridas por esquirlas y algunos vehículos estacionados a su alrededor también fueron levemente afectados.
La marcha conmemoró los 45 años del fin de la última dictadura en Venezuela, luego de la cual se turnaron en el poder la socialdemócrata Acción Democrática (AD) y el socialcristiano Copei, a los que Chávez derrotó en las urnas en 1998 y culpa de haber llevado al país a la ruina moral y política.
Venezuela vive un ambiente de efervescencia política sin precedentes, luego que dirigentes empresariales, sindicales y políticos lanzaron un “paro cívico” el dos de diciembre exigiendo la renuncia de Chávez, líder de un intento de golpe en 1992, y el adelanto de las elecciones previstas para el 2006.
Al grito de “Chávez no se va” y “Chávez hasta el 2021”, ríos de personas llegadas de todas partes del país y trasladadas en cientos de autobuses en medio de una escasez de gasolina sin precedentes por el paro, se congregaron en una céntrica avenida de la capital.
“Vengo porque todo esto no puede seguir, ese paro lo que nos trae es problema a nosotros (...) y además tenemos que apoyar a nuestro presidente. Ese es el hombre que nosotros necesitamos en este país”, expresó el vendedor ambulante Atilio Matas, de 50 años, quien dijo que viajó en autobús desde el estado oriental de Sucre, a unos 400 kilómetros de Caracas.
Buena parte de los manifestantes tenían camisas, boinas y banderas rojas, color que identifica a los partidarios de Chávez, quien el miércoles anunció el establecimiento de un control de cambios para frenar la fuga de capitales a causa del agravamiento del conflicto político.
Navidades con Chávez
Animado por las aclamaciones de sus partidarios, el líder venezolano, quien reiteró sus vaticinios de que 2003 será un año difícil, dijo que sus opositores, a quienes llamó fascistas e irracionales, fracasaron en sacarlo del poder.
“Ellos habían previsto la Navidad sin Chávez, pero hubo Navidad con Chávez y este año también habrá Navidad con Chávez”, dijo estirando sus brazos hacia la multitud.
En un discurso de dos horas y media, Chávez prometió que la producción de petróleo, que aporta la mitad de los ingresos del gobierno, y que estaría sobrepasando actualmente el millón de barriles diarios (bpd), rozará los dos millones de bpd a comienzos de febrero.
Los trabajadores en paro de la gigante estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) dijeron ayer que la producción de crudo ronda los 812,000 barriles por día (bpd), cerca del 25 por ciento de la capacidad total y aún lejana a los 3.1 millones de bpd que produjo el país en noviembre.
Aunque el paro ha sido reforzado con marchas y concentraciones a lo largo del país, en el transcurso de los días ha ido perdiendo fuerza entre muchos pequeños y medianos comerciantes, empleados y obreros asfixiados por la crisis económica.
El transporte público nunca se paralizó, pero la banca comercial ha operado con horarios restringidos, las escuelas privadas no empezaron sus clases tras las vacaciones de Navidad y los centros comerciales han mantenido cerradas sus puertas desde que comenzó la protesta.
El clima de violencia, que se exacerbó a partir de abril, cuando Chávez fue derrocado brevemente por un grupo de oficiales de alto rango y civiles, ha despertado la preocupación de la comunidad internacional, que a través de la Organización de Estados Americanos (OEA) busca una salida electoral a la crisis.
El esfuerzo de la OEA fue reforzado con la visita el Premio Nobel de la Paz, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, quien propuso un recorte del período presidencial a través de una enmienda constitucional o la realización de un referedo sobre su gobierno el 19 de agosto.
El plan de Carter fue respaldado ayer por el Departamento de Estado norteamericano, a través de su portavoz Richard Boucher, quien sostuvo que ofrece una base excelente para una solución inmediata a la crisis.