Los arquitectos, los ingenieros civiles y, en general, quienes trabajan en torno al sector formal de la construcción en Durango, perciben que el estancamiento de la obra pública, la lentitud con que ésta se genera y la falta de fluidez financiera son factores que han prevalecido en los primeros meses de este año en el estado. La situación, por obvias razones, mantiene a esos sectores trabajando a un 40% de su capacidad.
En el caso del Colegio de Arquitectos de Durango, Alfonso Peña Contreras lamentó que siga estancado el arranque de la obra “mayor” que se desarrollará en el 2003 en Durango: la segunda etapa de la supercarretera a Mazatlán, la cual, apuntó, refleja un considerable retraso.
Aunado a ello, Peña remarcó que la temporada de lluvias está por iniciar, lo que ocasionaría retrasos y sobrecostos si los contratistas decidieran trabajar en ese lapso de casi 60 días. Con lo anterior estableció Peña que no han arrancado los paquetes de obra y que casi se liberarán los recursos a la par del comienzo de las lluvias, motivo por el que previó que se aletargue más la inyección de circulante generado por la construcción.
Puntualizó que ninguno de los tres niveles de gobierno ha iniciado el derrame de recursos esperado hasta el momento. “No empieza la supercarretera, por parte de SCT y Secope en su segundo tramo; el gobierno municipal de Durango ha detenido, tal vez por falta de recursos, el inicio de nuevas obras de edificación, porque ha empezado de pavimentación y otros rubros pero no implica volúmenes importantes de construcción”. Dijo que también la obra privada se encuentra deprimida.
En ese sentido, el Colegio de Ingenieros Civiles de Durango detalló que la lentitud de la obra se origina por varios factores, pero principalmente porque los trámites burocráticos y administrativos se han atrasado, y con ello la canalización de los recursos no ha tenido la velocidad normal.
Ernesto García Rosales, líder de los ingenieros civiles; Guillermo Monárrez Landa, de los constructores adheridos a la CMIC, y Peña Contreras, de los arquitectos, coincidieron en señalar que las empresas relacionadas con la construcción, así como los profesionistas que dependen de esa actividad, se encuentran trabajando a un 30 ó un 40% de su capacidad. Esto desde enero del presente año hasta la fecha, aunque en algunos casos la obra ya está empezando a fluir.