CD. LERDO, DGO.- Una pesadilla de 40 minutos vivieron los habitantes de la colonia ampliación Francisco Villa la noche del pasado lunes. Muy presente lo tiene Emiliano Flores Aguilar, adulto mayor, cuando reconstruye los hechos y sus ojos dejan caer otra tormenta, la de las lágrimas.
Con la voz entrecortada, en medio de su hogar casi destruido, mientras sus nietos rescatan algunos artículos de lo que era la cocina.
“Todo esto era mío... era, la lluvia arrasó con todos nosotros”, dice en forma pausada, escupiendo la tristeza junto con las palabras.
Platica que en el momento de la tempestad se encontraba en la casa él en compañía de su esposa, sus cuatro hijos, tres yernos y cuatro nietos. El diluvio sacudió sus vidas. No recuerda otro fenómeno natural de esta magnitud.
“Tengo más de 15 años viviendo aquí y nunca nos había pasado algo parecido”, comenta. La irregulari-dad del terreno sobre el cual se encuentra su finca y la cercanía con los cerros propiciaron la anegación. El agua les cubría medio cuerpo.
“Nos tuvimos que salir, como pudimos... afortunadamente, cuando se derrumbó la cocina donde mi mujer trabajaba no había nadie ahí” y señala al lugar en ruinas.
Sobre el carril del Libramiento Periférico adjunto a la colonia, una gran cantidad de personas se encuentra observando a las familias afectadas. Otros les dan auxilio. Unos seis elementos del Ejército Mexicano deambulan de un lado para otro con sus insignias amarillas de Plan DN III E.
Trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad se movilizan sobre los frágiles techos de algunas casas para evitar cualquier corto que pudiera ocasionar el contacto de un cable con el agua.
A un lado de Emiliano, se encuentra Guadalupe Gallegos, sentada frente a sus húmedos muebles. Con tristeza escucha el relato de los demás que se refieren a lo que ella vivió. “Se quedó atrapada en su casa, no podía salir porque un ropero se le cayó y tapó la puerta”.
Doña Lupe asiente con la cabeza y deja salir la angustia de sus ojos. Luego, logra articular: “todo se cayó, todo andaba flotando, las camas... me aventaba, la misma agua me aventaba hacia adentro y no podía salir, entraba como si fuera un río”.
Rompe en sollozos cuando asegura que se encontraba sola en el momento en que todo sucedió.
La preocupación de ahora es averiguar en dónde pasar la noche, pero, a la vez, evitar que sus pocas pertenencias les sean arrebatadas por algunos vivales. Unos, dicen, son de la misma colonia, otros alegan que se trata de gente de fuera.
Más adelante, a unos cuantos metros del entronque con la calzada Guadalupe Victoria, una calle aparece completamente inundada. Un líquido color café hace pequeñas olas cuando los vecinos cruzan acarreando sus muebles y otras pertenencias cubiertos de lodo y mojándose hasta las pantorrillas.
Gregorio Martínez ve pasar a los soldados mientras platica cómo fue que su casa se vino abajo por completo. “Todo se perdió, el viento y el agua nos pegaron con todo... mi casa era de adobito, pero ya tenía cuarenta años viviendo en ella y nunca nos había pasado algo parecido”.
Al igual que los demás afectados, se muestran con la esperanza de que las autoridades municipales los apoyen, aunque algunos se muestran escépticos. El alcalde Luis Fernando González Achem y su esposa recorren el área dañada y prometen ayuda.
“Toda la ayuda siempre la acaparan los líderes”, comenta María Ramírez, quien muestra las cuartea-duras que sufrió su local comercial que por ahí se encuentra.
Un día difícil sufrieron los pobladores de este sector de Lerdo, pero los problemas aún no terminan para ellos.
Los daños
La tromba que se registró el pasado lunes por la noche en Ciudad Lerdo causó una gran cantidad de estragos en colonias como la ampliación Francisco Villa:
- Alrededor de diez casas se derrumbaron.
- Otras tantas quedaron inundadas.
- Muebles y otro tipo de artículos del hogar quedaron inservibles.
- El sistema eléctrico de las casas se vio afectado.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón