30 mayo 2003
Madrid, (EFE).- Dos policías murieron y otro resultó herido de gravedad al estallar un coche-bomba en la localidad Navarra de Sangüesa, en un nuevo atentado atribuido a la organización terrorista ETA y condenado por partidos políticos y sindicatos.
Los terroristas habían colocado una bomba-lapa con varios kilos de titadine en el automóvil en que viajaban los policías y la carga explosionó al arrancarlo, informó el presidente del Gobierno regional de Navarra, Miguel Sanz, quien precisó que el agente herido se encuentra en estado "muy grave".
Los dos policías fallecidos son Bonifacio Martín Hernando y Julián Envit Luna, pertenecientes al equipo de renovaciones del documento nacional de identidad, al igual que el tercer agente, Ramón Rodríguez Fernández, a quien le han amputado las dos piernas, pero su vida no corre peligro.
El atentado, causó heridas a otras cuatro personas, entre ellas un trabajador de una compañía telefónica. Una trabajadora de la Casa de Cultura precisó que el atentado se produjo momentos después de que los tres agentes abandonaran el palacio en el que se ubica este servicio.
Agregó que el coche bomba estaba a unos 200 metros del edificio, cerca de la oficina en la que trabaja el alcalde de la localidad, José Daniel Plano, de la Agrupación Independiente San Sebastián.
Poco después de conocerse ese atentado, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, suspendió el viaje que iba a emprender hacia San Petersburgo (Rusia) para participar en la cumbre de la Unión Europea (UE) y Rusia.
"ETA ha vuelto a asesinar", dijo el vicepresidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al tiempo que subrayó "la firme voluntad del Gobierno para luchar contra la banda terrorista y el entorno que le apoya" dentro de la ley.
Agregó que las autoridades españolas van "a seguir trabajando, como es nuestra obligación, sin que los terroristas vayan a condicionar el cumplimiento de nuestras obligaciones".
El atentado cometido por ETA es el segundo con víctimas mortales en lo que va de año, después del registrado el 8 de febrero en la localidad guipuzcoana de Andoain, en que murió el jefe de la Policía Municipal y miembro de la plataforma ciudadana "Basta Ya", Joseba Pagazaurtundua.
Se ha producido, además, cinco días después de que en España se celebrasen elecciones municipales, incluido el País Vasco y Navara, donde hubo 12 y 5 municipios, respectivamente, en que los sufragios nulos en favor de candidaturas de la ilegalizada coalición independentista Batasuna superaron a la lista más votada.
Las actividades de esa formación política fueron suspendidas por el Tribunal Supremo de España el pasado 28 de marzo, al considerar que Batasuna y sus predecesoras Herri Batasuna (HB) y Euskal Herritarrok (EH) tienen una "identidad sustancial" con ETA, que en los últimos 30 años mató a más de 850 personas.
"Hoy los asesinos se han expresado con su lenguaje: la muerte. Así habla ETA", dijo el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, quien expresó su "radical condena de este nuevo atentado. Quiero reafirmar mi compromiso para luchar con todas nuestras fuerzas para acabar con la violencia, que nunca, nunca, conseguirá su objetivo en España", subrayó Zapatero.
El portavoz del Gobierno regional vasco, Josu Jon Imaz, reiteró que la prioridad de ese Ejecutivo (formado por el Partido Nacionalista Vasco) será "eliminar" a ETA, al tiempo que condenó "con firmeza" el atentado de Sangüesa.
La violencia de ETA, dijo Imaz, "es el mayor mal que aqueja a la sociedad vasca" y repitió que "su eliminación y erradicación es prioridad absoluta" para Juan José Ibarretxe, presidente del Gobierno regional vasco.
En Bilbao, la Coordinadora Gesto por la Paz convocó para mañana, sábado, más de 120 concentraciones silenciosas en el País Vasco y Navarra en rechazo a ETA y al atentado.