WASHINGTON, (Reuters).- Estados Unidos le comunicó a Irán que no trate de interferir con la población chiíta en Iraq para promover sus propios intereses.
"Le hemos dejado en claro a Irán que nos opondríamos a cualquier interferencia externa en el camino de Iraq hacia la democracia", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
"La infiltración de agentes para desestabilizar a la población chiíta claramente caería en esa categoría". Fleischer dijo que el mensaje fue enviado a través de "canales de comunicación muy conocidos" con Irán, país con el que Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas.
Estados Unidos cree que agentes entrenados en Irán han cruzado al sur de Iraq desde la caída de Saddam Hussein. Al mismo tiempo, Fleischer dijo que Estados Unidos espera que Iraq tenga un líder islámico y que siga el ejemplo de la democracia islámica en Turquía.
Funcionarios estadounidenses han estado restando importancia a la naturaleza antiestadounidense de las manifestaciones chiítas en la ciudad iraquí de Karbala, diciendo que el hecho mismo de la existencia de éstas es una señal de beneplácito ante la caída de Hussein.
"Creo que se da por sentado que será un líder islámico, es un país islámico. Eso es diferente de una dictadura islámica que no respeta los desacuerdos religiosos entre la gente, que no es tolerante, que es dictatorial, que es cerrada, que no se gobierna por la ley o la transparencia", dijo Fleischer.
El general David McKiernan dijo a la prensa en una videoconferencia desde Bagdad que el masivo peregrinaje chiíta a Karbala había ido bien y que el ejército había estado al margen, excepto para ofrecer algo de seguridad. El tamaño y la organización de la marcha le mostró a Washington que los chiítas serán una fuerza poderosa en el nuevo Iraq.
"Estamos en este período de transición donde hay varios intereses en competencia dentro de Iraq para influir sobre cómo debe ser ese futuro gobierno. Está el interés chiíta, está el interés sunita. Hay todo tipo de intereses". dijo McKiernan.
McKiernan señaló que los estimados eran de que "más de dos millones" de chiítas estaban participando en el último día de la peregrinación. "Básicamente hemos estado fuera de esta, porque es una peregrinación religiosa de los chiítas y ellos han sido muy buenos al realizar esa operación ellos mismos", dijo.