NUEVA YORK (AP) .- Los analistas militares pronostican que las fuerzas estadounidenses probarán una nueva "bomba electrónica" durante la anticipada invasión de Iraq para cegar, ensordecer, enmudecer y paralizar las fuerzas del presidente iraquí Saddam Hussein.
Las bombas, que se mantienen en secreto, crea un breve pulso de microondas suficientemente poderoso para corromper computadoras, enceguecer sistemas de radar, silenciar radios, desencadenar apagones y desactivar los sistemas de encendido electrónicos de vehículos y aviones.
"Serían útiles contra cualquier adversario que dependa de sistemas electrónicos", observó Loren Thompson, analista de defensa en el Instituto Lexington, un centro de estudio en Arlington, Virginia.
En la guerra moderna, la electrónica es componente vital en casi toda arma más avanzada que un fusil o una granada de mano. Por ese motivo, los científicos de la Fuerza Aérea han trabajado durante décadas en un modo práctico de producir pulsos breves e intensos de microondas que incapaciten los equipos electrónicos sin dañar edificios ni lastimar a los seres humanos.
Oficialmente, el Pentágono no reconoce la existencia del arma. Cuando se le preguntó el 5 de marzo en una conferencia de prensa en el Pentágono, el general Tommy Franks respondió: "No puedo hablarles de eso porque no sé nada al respecto".
Sin embargo, los analistas dicen que varios documentos no secretos sugieren que está lista para entrar en acción.
Según un informe del 2000 del coronel de la Fuerza Aérea Elaine Walling, científicos de la Base Kirtland en Nuevo México crearon fuentes de microondas que generan hasta 10 veces la cantidad de energía que la enorme Represa Hoover produce en un día.
Pulsos tan poderosos pueden incapacitar equipos electrónicos sin dañarlos ni lastimar a las personas, lo que la tornan en un arma atractiva en los casos en que se hace hincapié en evitar bajas civiles.
Los analistas militares creen que tiene corto alcance, unos pocos centenares de metros en el mejor de los casos.
Los efectos de las bombas electrónicas son difíciles de pronosticar, dicen los expertos. El sobrevoltaje de electricidad podría canalizarse directamente al banco más cercano de supercomputadoras militares, o bajar a tierra sin causar daño alguno.