El viernes 27 de diciembre del 2002, fue anunciado en Miami, Florida, por Brigitte Boisselier miembro de la Sociedad Clonaid el nacimiento de Eva, una niña clonada a partir de células de su madre, al parecer una norteamericana de 31 años de edad. Luego fue anunciada una segunda bebé clonada, nacida la noche del viernes tres de enero del 2003, en un país del norte de Europa y que se trata de la “hija” de una pareja de lesbianas holandesas.
Las declaraciones un tanto increíbles desataron controversia en el mundo entero con la oposición de distintas fuentes científicas, sociales, morales y religiosas, al considerar el acto, si es que se dio, como irresponsable y grave tentativa contra el ser humano.
El principio de la historia tiene antecedentes importantes en el desarrollo científico del mundo contemporáneo. Quizá sea el resultado de la permanente búsqueda de respuestas a preguntas que nacen desde el inicio de nuestra existencia y que dieron base a la creación de distintos mitos, tradiciones y leyendas.
Harold S. Urey, científico que recibió el Premio Nobel en Química en el año 1934, fue el primero en lanzar la teoría de la participación de la energía eléctrica para formar vida. En 1953, uno de sus discípulos, Stanley L. Miller, llevó a cabo un experimento mezclando elementos químicos (principalmente carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno) en un ambiente gaseoso, similar al existente en las primeras eras de la Tierra, sometiéndolos a una descarga eléctrica de 60,000 voltios creando algunos nucleótidos elementales, demostrando así que la hipótesis de su maestro tenía mucho de posible. La ciencia no se detuvo y la biología sumó aportaciones al describir la célula desde el punto de vista molecular, dando pasos agigantados en el conocimiento de la genética.
No pasó mucho tiempo, sólo unas decenas de años, para que la noticia de la clonación de embriones humanos, declaración hecha por los científicos de Advanced Cell Technology de Massachusett, que desatara la acalorada discusión sobre el choque de la bioética con el desarrollo tecnológico. ¿Hasta dónde está permitido utilizar los recursos científicos para la alteración, el sostén o creación de vida humana?
De ahí a la oveja Dolly, clonada por Ian Wilmut, que ahora se declara enemigo de experimentar con células humanas, fue otro pequeño paso. Desde mediados de los años noventa, científicos de diferentes países han informado sobre sus investigaciones de clonación en animales, desde gatos hasta ratones, incluyendo técnicas diferentes, buscando conocer más de ¿quiénes somos y cómo estamos hechos?
Tal parece que la ciencia se adelanta a la capacidad de reflexión de los humanos, que no alcanzamos a analizar los beneficios y posibles maleficios de los descubrimientos.
Igual nos sucedió con la manipulación de la energía atómica, fuente de recursos casi ilimitados que fueron pensados en función del bien común y que terminaron sirviendo para destruir humanos, empezando por el arrasamiento de Hiroshima y Nagasaki.
Ya antes, el desarrollo de tecnología mecánica aplicada a la combustión interna de las máquinas movidas a base de petróleo, dieron los orígenes de la fuerte contaminación ambiental que padecemos, la que continuó con el desarrollo de enfriadores industriales y caseros que producen gases que al eliminarse a la atmósfera han destruido la capa de ozono, nuestra “coraza” contra los rayos nocivos del Sol.
Así pasa con la creación de seres humanos “in vitro” (en laboratorio). Tal vez estemos preparados para hacerlo, sin embargo aún no alcanzamos a analizar las consecuencias desde el punto de vista de la ética y la moral. Los especialistas responsables de encabezar este tipo de estudios aún no pueden contestar a muchos de los cuestionamientos sobre el tema.
Los seres humanos estamos construidos por cuerpo, mente y sociedad en partes igualmente importantes. Podemos (al parecer) hacer “cuerpos” pero aún no sabemos cómo vamos a influir en la mente de esos cuerpos al enfrentarlos a realidades humanas y sociales de gran peso.
¿Cómo se desarrollará un ser humano que no tiene en su construcción psicológica y social una clara imagen paterna? La sociología, la psicología y la psiquiatría nos enseñan que la falta de imagen paterna o materna sólida crean personalidades insanas, manifestándose de muy diferentes maneras, tales como el alcoholismo, inadaptabilidad social, neurosis y hasta desencadenamiento de estados psicóticos.
¿Cómo se autodefinirá ese ser que no tiene arraigo familiar? Aunque sea reimplantado en un útero o integrado a una familia, no recibirá la misma nutrición en el afecto al saberse producto de una “investigación in vitro”; de la misma manera no construirá sus valores personales en las bases familiares y sociales en las que nosotros lo hemos hecho.
¿Y que pasará con los sentimientos como el amor, la solidaridad, el sentido de identidad genética, familiar y social? ¿Y el matrimonio y la familia, base de nuestra vida social, cómo serán afectados? También imagínese las bromas y el escarnio del que van a ser víctimas en la escuela.
Ni qué decir de situaciones imaginarias pero terriblemente posibles. ¿Qué le parece ejércitos militares creados por medio de la clonación y entrenados con una rejerarquización de valores, donde el amor al prójimo y el respeto a la vida de otro humano no sean trascendentes?
Imagine a los líderes poderosos del mundo usando sus recursos científicos y tecnológicos apoyados en su potencial económico para “fabricar” obreros, agricultores o trabajadores manuales de todo tipo, los que requieran para la producción de sus empresas. Esta es la idea que planteó Aldoux Huxley en su “Mundo Feliz”, que luego replanteó en su “Regreso al mundo feliz”. No se engañe, ya no es ciencia ficción.
Desde luego que hay mucho más de fondo en la posibilidad de crear vidas humanas, sea cierta o no la publicidad que ya se han generado gratuitamente los creyentes de extraterrestres y ovnis. Lo que no se ha comentado suficientemente es que la oveja Dolly ha sufrido de artritis degenerativa y un proceso de acelerado envejecimiento, señal de que las cosas no van tan bien.
Y si George W. Bush declara que planea hacer otro intento para que se apruebe un proyecto de ley que prohíba todas las formas de clonación; si la oposición de los líderes religiosos del mundo ha sido explosiva y contundentemente; el director general de la UNESCO, Koichiro Matsura “condena de manera categórica, toda investigación y práctica que tenga como objetivo lograr la clonación humana con fines reproductivos; y si los científicos prestigiados del planeta se oponen; ... por algo será. ¿No le parece así?
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