Toman las calles pero nadie los atiende. Sin validez legal los documentos de empadronamiento de la Ccudepo
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El fraude: la Central Campesina Urbana Democrática Popular (Ccudepo), logró empadronar a dos mil ex braceros para hacerse cargo del proceso administrativo de la indemnización que reclaman. Por una carta poder les cobraron 57 pesos. El total de lo recaudado fue 114 mil pesos, pero el documento carece de validez legal.
Lucía Ramírez señaló que hace varias semanas, Jaime Meraz, líder de la Ccudepo, los buscó para ofrecerse a representarlos en este problema. “Le entregamos toda la papelería de inmigrantes y él nos dio esta hoja”.
Cada hoja –carta poder- fue vendida en siete pesos y por certificarla con el notario público número cuatro, Francisco Javier Morales Fernández, les cobraron 50 pesos. En ese documento, los ex braceros otorgan un poder general para actos administrativos a Ana María González Pérez, Mario Silva Franco y Manuel Acosta Pereyra.
“El señor Meraz nos dijo que guardáramos muy bien el documento, que no se lo entregáramos a nadie, recurrimos a él porque nadie nos atendía. Él fue quien nos dijo que le lleváramos una carta al presidente Fox ahora que vino”.
Documento sin validez
Juan González, integrante del Departamento Jurídico del Ayuntamiento de Gómez Palacio, luego de examinar la carta poder que los ex braceros firmaron a favor de Ana María González Pérez, Mario Silva Franco y Manuel Acosta Pereyra, aseguró que carece de toda validez legal.
Según el abogado, en toda carta poder deben aparecer las firmas de las personas a quienes van dirigidas, sin embargo en el documento sólo se aprecian las firmas de los ex braceros, los testigos y el notario público Francisco Javier Morales Fernández.
“No aparece ninguna firma por parte de las personas que se les están otorgando el poder para llevar a cabo actos administrativos, esa carta que les fue vendida a los ex trabajadores no tiene ningún valor jurídico”.
La firma del notario público y el sello, dijo, sí le da validez legal al documento, pero la rúbrica no tiene nada que ver con el contenido del mismo. “Es original en cuanto a la forma, pero el contenido no lo es porque no tiene efecto jurídico alguno”.
"Nadie se digna vernos la cara..."
A paso lento y cansado, caminaron sobre el bulevar Miguel Alemán. Los manifestantes tienen algo en común: arrugas, canas y el problema de siempre: la Secretaría de Gobernación les negó –una vez más- el derecho a inscribirse en el programa de indemnización de ex braceros.
Muchos llegaron desde un día antes. Tenían confianza. Pasaron la noche en las afueras del estadio Gómez Palacio porque el primero de agosto la Secretaría de Gobernación (Segob) prometió que este viernes sí podrían inscribirse en el programa de indemnización. Una vez más se quedaron esperando. Nadie llegó a atenderlos.
Se podían contar por cientos. Eran casi dos mil 500 ex braceros. Para las diez de la mañana ya estaban cansados de esperar a los representantes de la Segob. Algunos pensaron en bloquear el bulevar Miguel Alemán, otros en acudir a la presidencia municipal, al final decidieron hacer un plantón en las afueras del Edificio Durango, justo donde se ubica la dependencia del Gobierno Federal.
Sobre el bulevar Miguel Alemán llamaron la atención de más de uno. A ratos detenían sus pasos para tomar aire y seguir de nuevo. Luego caminaron por la avenida Victoria, ahí se organizaron una vez más. Definitivamente se manifestarían en el Edificio Durango.
En esta ocasión no hubo conductores molestos. Nadie presionó el claxon ni el acelerador. Las personas los veían un tanto extrañadas. Murmuraban acerca de su edad y de sus enfermedades. Y es que la lentitud en su andar los delataba: tenían que apoyarse del brazo de otro o de un bastón para no caer.
Lo dijo el ex bracero Ángel Domínguez Aguirre: La Segob se burló de ellos una vez más. “ Ya antes nos habían citado en el Gimnasio Municipal, eso fue el primero de agosto, pero fue para nada, entregaron fichas para este día y no hay nadie que nos atienda”.
Es injusto, dice, dar ese trato a los ex braceros, sobre todo porque son personas mayores y enfermas: “para qué nos hacen venir, muchos llegaron desde otros Estados como Zacatecas y para nada, no hay quién nos oriente, nadie ha venido”.
Según Ángel Domínguez, los representantes de Gobernación debieron tener aunque sea un poco de consideración. Muchos ex braceros llegaron sin almorzar y sin dinero en los bolsillos para comprar algo de comida. Varios se desmayaron en el estadio Gómez Palacio.
“Nosotros queremos que ustedes nos ayuden, que la gente vea todas las necesidades que tenemos, somos personas grandes, enfermas y no es justo que nos traten de esta manera y que nadie se haya dignado a darnos la cara”.
Quieren que la gente les crea. Sacan documentos viejos, sus cheques de pago cuando trabajaron en los Estados Unidos. Pero nadie sabe cuánto les tocaría en caso de conseguir recuperar los descuentos que les hicieron a sus salarios en aquellos tiempos.
Especulan: dicen que con los intereses cada uno debe recibir por lo menos cinco mil dólares, otros hablan de más de diez mil, pero ninguno ha visto ni un sólo billete verde. “Por eso estamos entusiasmados, queremos nuestro dinero, lo necesitamos”.
En los años cincuenta trabajaron en los campos de los Estados Unidos. Quieren su dinero y por eso insistirán hasta conseguirlo. “Nos hicieron gastar en pasaje, de por sí no tenemos dinero ni para mantenernos, ahora con esto, aquí se refleja toda la necesidad de la Comarca Lagunera: sin agua, créditos ni trabajo”.
Al llegar a la calle Centenario dan vuelta a la avenida Morelos. Después de casi una hora a paso lento se detienen frente al Edificio Durango. Apenas si pueden gritar. Una comisión consigue entrevistarse con Raúl Muñoz de León, subsecretario de Gobierno en Durango.
El funcionario se justifica: asegura que el Gobierno del Estado exigió una explicación a la Secretaría de Gobernación sobre el “plantón” a los ex braceros, pero tampoco recibieron una respuesta.