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México, DF.- El fenómeno de las muertas de Juárez no es ocasionado por un demente solitario o por la violencia de género, sino por la falta de proyectos económicos y de una estructura social y cultural, afirmó la Arquidiócesis de México.
En su semanario oficial Desde la Fe, la Iglesia en el Distrito Federal añadió que en esa localidad "nos estamos enfrentando a un monstruo de mil cabezas", por lo que el problema no sólo es judicial sino de una propuesta económica y cultural.
Acusó por ello de que tienen gran responsabilidad políticos y gobernantes que muestran indiferencia e irresponsabilidad, frente al desconcierto e indignación de las organizaciones de derechos humanos.
Destacó que si bien han sido recientes las respuestas del Gobierno Federal, e incluso tardía para algunos, se debe reconocer el esfuerzo importante y válido para echar a andar el programa Integral de Seguridad Publica para Ciudad Juárez.
Hay buenas razones para tener optimismo en este programa, sobre todo si se logra armonizar la participación de los tres niveles de gobierno y más aún, aceptar cierta asesoría internacional, apuntó.
Consideró que se equivocan quienes piensan que se trata de un problema sencillo ocasionado por algún demente solitario que se pudiera catalogar como asesino en serie o focalizarlo sobre un grupo criminal de delincuencia organizada.
Tampoco es exacta la valoración de organizaciones de Amnistía Internacional que consideran que se trata de un violencia de género, ya que junto a la vergonzosa lista de asesinatos en Ciudad Juárez se encuentra una cantidad indeterminada de hombres ejecutado por ajustes de cuentas.
El propio obispo de Ciudad Juárez, Renato Ascencio, continuó, ha expresado en repetidas ocasiones la falta de valores que se observa como la desintegración de las familias y un clima donde los jóvenes son marcados por la violencia, que han rebasado a todas las instancias tanto gubernamentales como las que no lo son.
"Hay mucha gente buena, es la mayoría, pero hay otros que parecen estar ganando la batalla, sobre todo del lado del narcotráfico y la drogadicción, junto a ellos asuntos tan graves como la pornografía, cada vez más absurda y enfermiza, anotó.
Se trata de un problema social que debemos enfrentar todos, subrayó, y por su parte la Iglesia está haciendo un esfuerzo especial por evangelizar a las familias y acercarse a los jóvenes.
Sin embargo, junto con la participación de las organizaciones civiles, religiosas y oficiales, debe estar la responsabilidad de los medios de comunicación para trabajar en una recomposición del tejido social y no sólo dedicarse a reflejar con amarillismo este grave problema, señaló.
La Arquidiócesis de México indicó que si bien se debe hacer un reclamo fuerte a la responsabilidad de la clase gobernante, más aún se debe hacer a los medios de comunicación verdaderos responsables de la desintegración social y del desgaste de valores.
Aclaró que ante el grave fenómeno de las muertes de Juárez, la sociedad no debe pensar que la tarea está sólo en los policías, sino que cada uno debe asumir su propia responsabilidad.