JERUSALÉN.- Un alto funcionario estadounidense, que busca apoyo para un recién lanzado plan de paz en el Oriente Medio, dijo ayer que Israel debe relajar su presión militar sobre los palestinos para alentarlos a poner fin a la violencia perpetrada por grupos extremistas.
El gobierno de Israel dijo en un comunicado que no habría cambios en sus operaciones militares “si los palestinos no dan primero la batalla contra el terrorismo”.
El subsecretario de Estado norteamericano, William Burns, está preparando la mayor ofensiva de Estados Unidos en favor de la paz en la región desde que unas conversaciones que Washington auspició a mediados del 2000 en Campo David colapsaron, dando pie al levantamiento palestino en septiembre de ese año.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien está de visita en la región, tiene previsto viajar a Israel y a los territorios palestinos durante esta semana, por primera vez en 13 meses, en apoyo al primer ministro palestino, Mahmoud Abbas.
Abbas, conocido también como Abu Mazen, dijo a periodistas que intenta entrevistarse con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, para conversar sobre el plan de paz elaborado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas, y que fue presentado la semana pasada.
Sharon ha dicho que da la bienvenida a unas conversaciones con Abbas, un ex negociador de paz con quien ha dialogado en el pasado.
Fuentes del gobierno israelí dijeron que la reunión podría llevarse a cabo después de la vista de Powell, alrededor del diez de mayo. Burns llegó a Israel primero, para preparar la visita de Powell.
Bajo la propuesta de paz, Israel tendría que detener la expansión de sus asentamientos en Cisjordania y la Franja de Gaza, una demanda que podría hacer tambalear los pilares del gobierno derechista de Sharon, además de retirar a sus tropas de esos territorios, para la creación de un Estado palestino en el 2005.
La situación se complica por la falta de popularidad del primer ministro palestino y la promesa de grupos militantes de continuar atacando a Israel, lo que constituye un desafío a Abbas.
“Claro que no nos desarmaremos”, dijo Abdel-Aziz al-Rantissi, un oficial de alto rango del grupo Hamas. “Nos resistimos a una ocupación que aún existe. Cuando se acabe la ocupación, entonces podremos conversar sobre las armas”.
Mohammad al-Hindi, importante líder de Yijad Islámica, dijo: “Yijad Islámica es un movimiento de resistencia y no bajará las armas hasta que termine la ocupación”.
Israel reocupó la mayor parte de Cisjordania el año pasado tras una serie de ataques suicidas en ciudades israelíes, y mantiene restricciones de viaje a los palestinos. También lanza ataques militares con frecuencia para detener a militantes, pero esas operaciones han causado muchas muertes de civiles.
Un comunicado del gabinete israelí dijo que “el primer ministro dejó en claro que Israel no piensa en una tregua de los ataques terroristas, sino en una guerra total y definitiva en contra del terrorismo de parte de las autoridades palestinas”.
Abbas, quien asumió el cargo el miércoles, se ha opuesto públicamente a la violencia y ha dicho que es contraproducente.
Dice que sólo las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina deben portar armas.
Al menos 2,035 palestinos y 737 israelíes han muerto desde que se inició el levantamiento en septiembre de 2000.