26 de noviembre de 2003
París, (EFE).- La economía mexicana, que sufrió durante la primera mitad del año de la falta de dinamismo de la industria de Estados Unidos acabará el año con un crecimiento del 1,5 por ciento, que subirá al 3,6 por ciento en 2004 y al 4,2 por ciento en 2005, gracias al despegue de su vecino del norte, según dio a conocer la OCDE hoy.
"El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) debería acelerarse durante 2004, debido a la recuperación de las exportaciones", señala en su informe semestral de perspectivas económicas la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
De esa recuperación global "tirará esencialmente la demanda exterior, bajo el efecto en particular de una vigorosa producción industrial en Estados Unidos", indica.
De momento este año, debido a la débil demanda interna, el déficit por cuenta corriente de México se ha quedado por debajo de las entradas netas de inversión directa.
Sin embargo, los números rojos aumentarán a partir del próximo ejercicio y llegarán a más del 3% del PIB en 2005, aunque continuarán "principalmente financiados" por la inversión directa extranjera.
En cuanto a la situación presupuestaria, la OCDE estima que el déficit estará en la línea con el objetivo del 0,5% del PIB pese al bajo nivel de actividad, que ha podido ser compensado por los ingresos petroleros y por recaudaciones de operaciones no recurrentes.
No obstante, a continuación precisa que las necesidades de financiación del sector público rondarán el 3% del PIB y que, con vistas a equilibrar las cuentas del sector público en 2005, hasta entonces esas necesidades se tendrán que reducir al 2,25%.
Los autores del informe comentan que la subida de los precios se ha ralentizado este año, debido sobre todo a la moderación salarial, para situarse en una media del 4,5%.
Para los dos próximos ejercicios, prevén la continuidad de esa tendencia, con un alza del 3,4 y el 3,1% respectivamente.
En cuanto a la tasa oficial de paro, que este ejercicio ha subido al 3%, se mantendrá en el mismo nivel el año próximo, antes de disminuir al 2,8% en 2005.
La OCDE considera que en el plano interior la principal incertidumbre que planea sobre la economía mexicana es la reforma estructural, y asegura que "la adopción de medidas fiscales destinadas a incrementar los ingresos y que reduzcan al mismo tiempo las distorsiones constituiría un importante paso adelante".
"Con los proyectos de reforma del sector de la electricidad y de los mercados de trabajo, contribuiría a reforzar la confianza de los inversores nacionales y extranjeros, favoreciendo un crecimiento más sostenido del PIB", añade.