Reuters
COTABATO, Filipinas.- Al menos cuatro personas murieron y 10 resultaron heridas por una potente explosión en el sur de Filipinas, informó ayer la radio local.
Según la emisora de radio de Manila dzBB, la explosión ocurrió cerca de una tienda de fuegos artificiales en la ciudad de Tacurong, en el suroeste de la isla de Mindanao.
La emisora no citó la causa de la explosión, pero las estaciones locales de Mindanao indicaron que se trató de una bomba de fabricación casera.
Las fuerzas de seguridad de Filipinas están en alerta con ocasión del Año Nuevo ante posibles atentados de rebeldes musulmanes y guerrilleros izquierdistas, que han rechazado sumarse al gobierno en su declaración de alto el fuego durante las vacaciones navideñas.
La policía también está en alerta ante las celebraciones de Año Nuevo, puesto que cada año numerosas personas mueren y decenas resultan heridas en el país a causa de los fuegos artificiales.
Operativos en el mundo
Ciudades de todo el mundo incrementaron las medidas de seguridad para las celebraciones por el Año Nuevo, con 200.000 policías emplazados en la capital de Indonesia y precauciones extremas en Sydney para una fiesta que se espera atraiga a un millón de personas.
Dos tercios de la policía de Yakarta, con imágenes aún frescas de los atentados de Bali que mataron a más de 180 personas en las calles de la capital de la mayor nación musulmana del mundo, custodiando centro comerciales y de entretenimiento, mezquitas, iglesias e instalaciones públicas.
En Sydney, la policía impuso medidas de seguridad no vistas desde los Juegos Olímpicos del 2000, prohibiendo que circularan vehículos en el distrito comercial ayer en la noche, y bloqueando calles para una fiesta que culminará con un gran espectáculo de fuegos artificiales sobre el puerto.
El alcalde de Sydney, Frank Sartor, describió la celebración, que atrajo una multitud menor que las cerca de 700.000 personas esperadas, como “un gran picnic tribal para Sydney”.
Tras un año de sequía, fuegos forestales y los atentados de Bali, que mataron a unos 90 australianos, Sartor elogió a los residentes locales por tener la valentía de celebrar abiertamente.
“Ellos no escucharon a los apocalípticos, nosotros no escuchamos a los descontentos. Seguimos adelante y celebramos y tuvimos una gran fiesta”, dijo Sartor refiriéndose a la fiesta con invitados distinguidos en la Casa de la Ópera.
Australia estuvo el mes pasado bajo una alerta de seguridad de nivel medio, después de que el gobierno dijo haber recibido información verosímil sobre una amenaza terrorista.
Las medidas de seguridad son una consecuencia de los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, en los que murieron casi 3.000 personas, y los atentados de Bali, que dejaron hasta 90 australianos muertos.
Australia ha sido uno de los partidarios más abiertos de la guerra liderada por Estados Unidos contra el terrorismo, desatando críticas de que el gobierno del primer ministro John Howard podría estar haciendo de Australia un blanco de este tipo de violencia.
Más seguridad en Yakarta
En la capital indonesia, Yakarta, importantes carreteras fueron cerradas para una fiesta callejera a la que se espera que asistan miles de indonesios para esperar la llegada del 2003.
Aunque su débil industria turística estuvo devastada por las explosiones de octubre, los habitantes de Bali hicieron sus mejores esfuerzos para las festividades de fin de año en la famosa playa de Kuta, a sólo cuadras de donde estallaron dos bombas, devastando varios clubes nocturnos.
En Bangkok, hasta 5.000 policías estaban en las calles donde se esperan hasta medio millón de tailandeses para la celebración de Año Nuevo alrededor de la capital del país.
En el otro lado del mundo, unos 1.000 policías adicionales serán emplazados en París para supervisar las celebraciones, llevando el total de agentes de seguridad a cerca de 5.500.
Se prohibirá la circulación de vehículos alrededor de los Campos Elíseos, donde se espera la presencia de unas 300.000 personas.
Otras áreas bajo estricta vigilancia eran la Torre Eiffel, estaciones de ferrocarril, aeropuertos y distritos comerciales.
Una serie de arrestos este mes en París y sus alrededores de presuntos militantes islámicos, así como la detención el lunes de un maletero en el principal aeropuerto de la capital francesa, quien tenía armas y explosivos escondidos en su vehículos, han acrecentado los temores.
En Rusia, 250.000 policía debían patrullar las calles para impedir violencia y disturbios entre las miles de personas que se esperan en las calles para celebrar la llegada del Año Nuevo, desafiando el frío extremo.