Reuters
CARACAS, VENEZUELA.- Seis personas murieron quemadas ayer y otras cinco resultaron heridas al estallar un lote de gasolina que tenían almacenada en un casa del suroeste de Venezuela, en medio de una inédita escasez de combustible por un paro contra el gobierno.
El secretario de gobierno del andino estado de Mérida, Luis Martín, dijo a una radio local que los muertos por la explosión en la vivienda de la pequeña localidad de Tucaní eran tres niños de entre 9 y 13 años de edad, una adolescente de 15 años y dos hombres.
Entre los heridos había cuatro hombres y una mujer, quienes fueron enviados a un hospital de la región “con quemaduras de segundo grado en el 90 por ciento de sus cuerpos”, dijo Martín.
El funcionario afirmó por vía telefónica a Radio Caracas Radio que “la explosión fue producto de la acumulación de los gases (de la gasolina) dentro de una vivienda”, y dijo que era el primer caso reportado en su entidad desde el inicio del paro de seis semanas contra el presidente Hugo Chávez.
Miles de venezolanos han acumulado gasolina en recipientes en sus hogares, para hacer frente a la aguda escasez de combustible que se ha generado en el quinto exportador mundial de crudos casi desde el inicio de un “paro cívico” contra el mandatario.
Las autoridades han calificado esa práctica de peligrosa y han prohibido la venta de gasolina en recipientes. En las pocas gasolineras abastecidas del país pueden observarse diariamente largas colas de motoristas que esperan para llenar los tanques de sus autos.
La escasez ha generado un creciente mercado negro de combustible que ha disparado los precios hasta en 15 veces más que el oficial, que a menos de cuatro centavos de dólar por litro hace a la gasolina venezolana más barata que el agua mineral embotellada.
Los bidones de carburante se han convertido en una vista común en muchos hogares del país.
El paro cuenta con el respaldo de una buena parte de los empleados de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), el motor económico del país, que desde principios de diciembre detuvieron las refinerías donde se produce el generalmente abundante y barato combustible.
Chávez ha prometido derrotar el paro, con el que opositores buscan su dimisión y la convocatoria a elecciones adelantadas, pero mientras tanto se ha visto obligado a importar combustible para paliar parcialmente la crisis.