26/abril/2003
Madrid, (Notimex).- Unas 14 personas murieron y decenas quedaron heridas hoy tras una serie de explosiones en el barrio Zaafaraniya, a unos 10 kilómetros al sur de Bagdad, que se originaron en un almacén de municiones utilizado por tropas estadunidenses.
Reportes captados en esta capital, que citan a fuentes médicas iraquíes, indican, sin embargo, que el número de muertos aún no es preciso pues podrían ser 40 los civiles que fallecieron por los estallidos.
Fuentes militares estadunidenses informaron que la explosión se registró la mañana de este sábado cuando personas no identificadas dispararon misiles contra un depósito de municiones, lo que hizo estallar el lugar y activó un misil que se encontraba en el interior.
El misil se estrelló contra varias casas de familias iraquíes, lo que causó la muerte de unas 14 personas, entre ellos tres bebés, y destruyó las residencias en su totalidad, de acuerdo con reportes estadunidenses captados en esta capital.
"Alguien tiró un objeto inflamable en el depósito y causó esta enorme explosión. Es un sabotaje", afirmó el comandante Frank McClary, de la tercera división de Infanteria estadunidense.
Sin embargo, la población iraquí responsabilizó a las tropas estadunidenses del hecho, al señalar que fue una acción irresponsable establecer un depósito de municiones en medio de una zona residencial, y respondieron con indignación a lo ocurrido.
Varios iraquíes y soldados estadunidenses acudieron al lugar de la explosión para tratar de salvar de las ruinas en llamas a las personas que quedaron atrapadas, pero los militares fueron apedreados por la población que les reclamó lo sucedido.
"Sacamos seis cuerpos. Estamos por sacar a tres bebés cuando ellos (los iraquíes) abrieron fuego en nuestra contra", dijo el sargento Gary Coker, al comentar sobre la reacción de los iraquíes.
"Ni a Saddam Hussein (presidente iraquí), ni a (presidente estadunidense, George) Bush, le interesan la vida de los civiles", "cesen las explosiones contra civiles", gritaban los vecinos iraquíes congregados en el lugar, convertido en un escenario en llamas.
Entre las ruinas de una casa en llamas podía verse una cama llena de cristales rotos y en ella el cuerpo de un bebé sin vida, mientras que decenas de personas más eran sacadas con dificultad de los escombros con severas quemaduras o mutiladas.
Según fuentes médicas iraquíes, al menos 40 personas fallecieron a causa de las explosiones, y aunque la cifra oficial hasta ahora difundida por las fuerzas estadunidenses es de 14, aún no se precisa el número de víctimas fatales y heridos.
"No podemos adelantar cifras sobre el número de víctimas, esperamos la llegada de oficiales superiores", apuntó el sargento Coker.
Tras la explosión, un convoy de autobuses y carros ocupados por unas 500 personas recorrieron el barrio de Zaafaraniya para exigir a las tropas estadunidenses cesar los ataques contra la población iraquí.
En uno de los carros se colocaron seis féretros que simulaban los cuerpos de las víctimas, mientras que se leían varias pancartas que en idioma inglés pedían "alto a las explosiones contra los civiles, "fin al terror que sigue a la guerra".
Más tarde, un numeroso grupo de personas se reunieron en la plaza central de la capital iraquí para protestar por la presencia militar estadunidense, al tiempo que gritaban consignas como "Si, si al Islam" y "Si, si a Irak".
Las municiones, almacenadas en un gran terreno demarcado por altos muros en el vecindario de Zafaraniya, eran parte de los grandes arsenales que las fuerzas estadounidenses han confiscado en Bagdad.
"Esto es responsabilidad del ejército estadounidense porque les dijimos que ésta es un área civil", dijo un hombre en un automóvil blanco. En un camión, la gente coreaba: "Estados Unidos no es mejor que Saddam".
Alí Jawid, un residente de la zona, dijo que numerosas explosiones alcanzaron a varias casas y edificios.
"He visto a mucha gente llorando y varias casas destruidas", relató. "Hubo numerosas explosiones, muchos fragmentos de misiles alcanzaron los edificios".