Reuters
JERUSALÉN.- Los militares israelíes ordenaron ayer la expulsión de 15 prisioneros palestinos desde Cisjordania a la Franja de Gaza, en la mayor operación de este tipo en tres años de violencia en el Oriente Medio.
La decisión, que fue condenada de inmediato por los palestinos y activistas internacionales de los derechos humanos, fue anunciada mientras fuerzas israelíes realizaban una nueva incursión en un campamento de refugiados de Gaza.
Esa operación dejó al menos 20 personas heridas, días después de un devastador ataque a esa base de militantes radicales.
"Esta es una obstrucción flagrante a cualquier esfuerzo por restablecer la calma", dijo a la prensa el designado primer ministro palestino, Ahmad Korei, en la ciudad cisjordana de Ramala, refiriéndose a la orden israelí de expulsar a prisioneros a quienes no se les han presentado cargos.
El anuncio israelí subió la tensión pese a que destacados políticos israelíes y palestinos acordaron una propuesta no oficial de paz diseñada como punto de partida para una reanudación de las negociaciones que están estancadas.
El gobierno israelí rechazó esa iniciativa, calificándola como "diplomacia independiente irresponsable", pero el presidente palestino, Yasser Arafat, le dio mejor acogida al asegurar que él "no boicoteará ningún intento por alcanzar (...) la paz".
El ejército dijo que los 15 prisioneros afectados por la orden de expulsión habían estado involucrados en "actividades terroristas" desde el inicio del levantamiento palestino por la independencia, en septiembre del 2000.
Palestinos y grupos de derechos humanos han calificado tales deportaciones como violaciones de la ley internacional, pero Israel dice que sólo está actuando en defensa propia para prevenir futuros ataques.
"Esta orden es condenable e inaceptable", dijo Ilan Feldman, portavoz del capítulo israelí de Amnistía Internacional, el órgano de vigilancia de los derechos humanos que tiene su sede en Londres.
El ejército dijo que los prisioneros habían sido transferidos desde Cisjordania a un centro de detención en la Franja de Gaza, desde donde serían liberados posteriormente, y que tenían 48 horas para apelar la orden.
El coronel Daniel Reisner, jefe del departamento de leyes internacionales del ejército de Israel, dijo que el procedimiento legal probablemente demoraría la implementación de la orden de liberación por varias semanas.
El ejército dijo que los hombres, en su mayoría miembros de Hamas y de la Yihad Islámica, serían liberados porque no pueden ser sometidos a juicio sin que se revele información sensible de inteligencia.
Señaló que la expulsión tenía como objetivo impedir que se reagrupen en el "círculo de terror" de Cisjordania.
La gran mayoría de los más de 100 atentados suicidas desde el levantamiento palestino han sido llevados a cabo por activistas que tienen su sede en Cisjordania, desde donde el acceso al Estado judío es mucho más fácil que desde la Franja de Gaza.
Israel trasladó a 39 activistas de Cisjordania a Gaza o al extranjero en mayo del 2002 en un intercambio bajo la mediación internacional para levantar el estado de sitio a la iglesia Natividad de Belén, donde se habían refugiado los militantes.
Operaciones judías
La incursión del ayer en Rafah, que el ejército describió como una reanudación de su búsqueda de túneles secretos utilizados para pasar armas de contrabando desde la frontera con Egipto, fue la segunda en menos de una semana y siguió a una operación de tres días que finalizó el domingo dejando ocho palestinos muertos y a miles de personas sin hogar.
Funcionarios de asistencia de las Naciones Unidas dijeron que 114 viviendas fueron destruidas durante la anterior incursión, la más amplia en el campamento en seis meses. Ayer fueron destruidas tres casas más, después de que al menos 40 tanques y vehículos blindados de transporte de tropas entraran en Rafah, según testigos.
Hombres armados intercambiaron disparos con las fuerzas israelíes que entraron en el campamento. Fuentes palestinas dijeron que al menos dos de las tres personas alcanzadas por fuego israelí estaban desarmadas.
La intensa violencia desatada por palestinos e israelíes se ha combinado para mantener estancada el "Mapa de Ruta" a la paz, el plan que impulsa Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas.
La operación de Rafah se enmarca en el aumento de la actividad militar de Israel tras un atentado suicida palestino en el que murieron 20 israelíes en la ciudad portuaria de Haifa el pasado cuatro de octubre.