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Facturas de Guerra

Agencias

TORREÓN, MÉX.- Parece obvio que si Estados Unidos, dentro su política de ?ataques preventivos?, decide actuar de forma unilateral desatendiendo la resolución de las Naciones Unidas, será quien deba hacerse cargo de la mayor parte de los gastos.

Hoy, Estados Unidos destina 370,000 millones de dólares anuales al presupuesto de defensa. La inversión en su industria de guerra ha tenido hasta el momento la capacidad de animar sus mercados, el consumo y las inversiones, es decir, tiene capacidad teórica para relanzar la economía en un momento especialmente crítico para la administración de Bush, que arrastra un déficit de 360,000 millones de dólares.

Parece indudable que Estados Unidos se impondrá con una fuerza aplastante si entra en conflicto con Iraq, pero existen muchas incógnitas sobre cuánto costará realmente la guerra a las arcas estadounidenses y qué consecuencias económicas tendrá en los mercados. ?Se entra en la guerra muy preparado militarmente pero no económicamente?. Así de contundente es William D. Nordhaus, profesor de Economía de la Universidad de Yale, en su informe sobre las consecuencias económicas de la guerra contra Iraq.

De acuerdo a un estudio de la Academia de Artes y Ciencias de Estados Unidos, la guerra contra Iraq podría costar a Estados Unidos entre 120,000 millones de dólares, y más de 1.9 billones de dólares en el curso de una década.

La cifra más baja presupone una exitosa campaña militar y diplomática seguida de un cambio de régimen y la estabilización del país. La cifra más alta presupone una guerra prolongada con una perturbación de los mercados petroleros y una recesión en Estados Unidos, dijeron los autores del estudio.

Ambas cifras parten de la base de que los estadounidenses tendrán que mantener una presencia militar en Iraq durante al menos una década.

Este costo es sólo para Estados Unidos. Con la posibilidad de que las fuerzas británicas participen en cualquier ataque contra Iraq, el costo también sería muy alto para Gran Bretaña.

?Gastos adicionales?

La guerra del Golfo Pérsico de 1991, cuando una coalición encabezada por Estados Unidos desalojó a los invasores iraquíes de Kuwait, costó a la administración de Washington 61,000 millones de dólares. Los aliados devolvieron a Estados Unidos 54,000 millones de dólares.

Hasta septiembre de 2002, Estados Unidos se gastó 13,000 millones de dólares en la guerra de Afganistán, pero tan sólo destinó diez a ?otros gastos?, léase ayuda humanitaria y trabajos civiles. Nordhaus denomina esta predisposición demostrada por Estados Unidos en las últimas décadas ?filosofía del conductor que atropella a alguien y se da a la fuga?, y ésta parece ser, a raíz de los datos facilitados por los estudios del Congreso, la misma tendencia que seguirá a la hora de comenzar el proceso de reconstrucción de Iraq tras la guerra.

Los primeros ?gastos adicionales? no cuantificados por el Congreso tienen que ver con la necesidad de establecer una fuerza de ocupación para mantener la paz, cuyos gastos estima, basándose en la guerra de Kosovo, entre los 17,000 y 45,000 millones de dólares al año. Otros costos serían las tareas de reconstrucción material e institucional de Iraq, es decir, una especie de ?Plan Marshall para Iraq? que necesitaría entre 25,000 y 100,000 millones de dólares para su completa consecución. Y además, el costo de la asistencia humanitaria, que requeriría entre 1,000 y 100,000 millones de dólares para atender a entre uno y cinco millones de iraquíes.

Tras analizar estos ?otros elementos?, Nordhaus afirma que la guerra más barata (intervención corta y rápida estabilización de la zona) costaría 120,000 millones de dólares. Pero el peor escenario de guerra larga (repliegue iraquí en las principales ciudades y que la producción de crudo quede inutilizada) podría suponer 1.9 billones de dólares. ?Es bastante probable que los estadounidenses subestimen el compromiso económico que implica una guerra contra Iraq?, comenta el experto.

Consecuencias

Una de las consecuencias indeseadas de la guerra sería la prolongada perturbación en los mercados petroleros internacionales. Según George Perry, economista de la Brookings Institution, en el escenario más negativo, el precio del barril de crudo podría triplicarse alcanzando los 75 dólares, arrastrando irremediablemente a los mercados y provocando probablemente una recesión en la economía mundial. Eso podría costar a la economía norteamericana hasta 778,000 millones de dólares.

Pero, por otro lado, las grandes reservas petroleras de Iraq podrían satisfacer en Estados Unidos las necesidades de crudo importado a los actuales niveles durante casi un siglo, y además beneficiar a la economía en unos 40,000 millones de dólares.

Otra de las consecuencias se reflejaría en la industria de la aviación. La Asociación de Transporte Aéreo informó que el caos de la guerra generaría, en el peor de los casos, pérdidas en el sector de hasta 13,000 millones de dólares y despidos masivos de unos 98,000 trabajadores. Al menos 3,800 vuelos diarios serían eliminados.

Todo parece indicar que la invasión y el derrocamiento del régimen iraquí traerían grandes consecuencias a la economía mundial. Parece ser que los americanos tendrán que pagar, mediante subidas de impuestos, recortes de gastos y aumentos de intereses, parte de los onerosos costos de la guerra.

El presidente George W. Bush, quien quiere recortar los impuestos a los estadounidenses, ha permanecido callado en cuanto a este tema.

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