EFE
WASHINGTON, EU.- Grupos terroristas como Al Qaeda, Jezbolá y Hamas se financian del contrabando de drogas, productos pirateados y piedras preciosas, sin que EU tenga una estrategia clara para evaluar el problema, señala un informe divulgado ayer.
Según el documento de la Oficina de Contabilidad General (GAO), se desconoce el alcance de los mecanismos alternativos de financiación de los grupos terroristas porque el Gobierno carece de una recolección y análisis sistemáticos de casos concretos.
La GAO, el brazo investigador del Congreso, indicó que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) no recaba información sobre estos mecanismos de forma sistemática, en una carta enviada al legislador demócrata Richard Durbin y al senador republicano Charles Grassley, que solicitaron el informe.
Agregó que los departamentos de Justicia y de Tesoro tampoco han presentado un informe que ayude a elaborar una estrategia clara para atajar el problema.
La “Estrategia Nacional sobre Lavado de Dinero de 2002” exigía que esos dos ministerios presentaran dicho informe en marzo pasado.
Tan serio es el problema que el FBI no puede proveer el número exacto de casos abiertos o cerrados sobre la financiación de grupos terroristas ni pueden determinar el número de casos según la fuente ilícita, indica el análisis de la GAO.
“El FBI no cuenta con análisis que podrían ayudar a evaluar los riesgos y establecer prioridades” en la lucha contra las fuentes ilícitas de grupos terroristas, señala.
Agrega que el Servicio de Rentas Internas (IRS) no ha establecido los procedimientos adecuados para que las diversas agencias puedan compartir la información sobre el crimen organizado.
El informe, elaborado con base a fuentes del Gobierno y del Sector Privado y entrevistas con Interpol, indicó que los grupos terroristas suelen recurrir al tráfico ilícito de drogas, armas, cigarrillos, oro y diamantes, además del dinero en efectivo, para financiar sus actividades.
Estos mismos grupos también utilizan organizaciones benéficas y un sistema bancario informal -conocido en algunos sitios como “hawala”- para las transferencias de dinero.
El informe citó como ejemplo que el grupo pro-iraní Jezbolá obtuvo ganancias de 1.5 millones de dólares entre 1996 y 2000 mediante la compra de cigarrillos a bajos precios que luego vendía a precios mucho más altos.
Según la GAO, el Gobierno de EU afronta retos importantes a la hora de combatir la financiación del terrorismo, entre ellos la dificultad de infiltrar a las redes criminales para realizar sus investigaciones.
Entre las recomendaciones, la GAO señala que el FBI debe profundizar sus investigaciones sobre los mecanismos alternativos que utilizan los grupos terroristas para el lavado de dinero.
También recomienda que el IRS establezca procedimientos y guías para la vigilancia e investigación de las organizaciones benéficas para asegurar que las donaciones no sean canalizadas a grupos terroristas u otras organizaciones delictivas.
En un comunicado conjunto, Grassley y Durbin expresaron su malestar por los hallazgos de la investigación de la GAO y consideran que ésta confirma el fracaso de EU frente a la conspiración financiera de los grupos terroristas.
“Si algo nos enseñaron los atentados del 11 de septiembre (de 2001) es que el Gobierno de EU no puede permanecer displicente en este asunto”, dijo Durbin.