La cineasta de la era nazi Leni Riefenstahl, cuya cinta sobre las apariciones de Adolfo Hitler en Nuremberg, 'El triunfo de la voluntad' era famosa y aborrecida como la mejor película de propaganda del Reich, falleció a la edad de 91 años.
09 septiembre 2003
BERLIN, (Reuters).- Leni Riefenstahl, la cineasta de Adolfo Hitler y la última de las figuras famosas de la era nazi en Alemania, murió pocas semanas después de cumplir 101 años, informó el martes el alcalde de la ciudad donde vivía.
"La oficina de registro ha sido avisada de la muerte de la señora Riefenstahl", dijo Rainer Schnitzler, alcalde de Poecking.
Poco antes, Celia Tremper, una periodista de la revista Bunte quien dijo que tenía estrechos vínculos con Riefenstahl había declarado que "la señora Riefenstahl murió sin dolor, se durmió en su cama la noche del lunes".
Tremper dijo que el viejo amigo de Riefenstahl, Horst Kettner, y su asistente Gisela Jahn le habían pedido que divulgara la noticia.
Riefenstahl, cuyas películas sobre una manifestación del partido nazi y de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 le trajeron fama antes de la guerra y notoriedad en la posguerra, había estado demasiado enferma para conceder entrevistas o hacer apariciones en los medios de comunicación en los últimos meses.
Riefenstahl ganó premios en los festivales de cine de Venecia y París en la década de 1930 por "El Triunfo de la Voluntad", un documental que subrayaba con meticulosa coreografía la imagen de fuerza del partido Nazi en un congreso realizado en 1934 en Nuremberg.
Después se le encomendó hacer la película oficial de los Juegos Olímpicos de 1936. "Olympia" fue pionera de técnicas tales como montar la cámara sobre coches eléctricos que circulaban sobre raíles para seguir las carreras.
Desde la guerra, esas películas la han perseguido y Riefensthal fue criticada por muchos por no disculparse por ellas. Las críticas la han acusado de asociación con los nazis.
Riefenstahl siempre ha negado cualquier implicación política con el partido nazi o vínculos sentimentales con Hitler, aunque admitió la admiración que sentía por él.